MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Y los servicios públicos de Chimalhuacán?

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Es recurrente escuchar a la población de Chimalhuacán mencionar la falta de servicios: que falta esto, que no tenemos aquello, o que antes esto sí funcionaba, o nos ayudaban con lo que necesitábamos. Ahora la población sufre todo tipo de carencias y el menosprecio de la administración municipal que encabeza Xóchitl Flores Jiménez, junto con el grupo de seguidores de la 4T que dirige Miguel Benito, consorte de la edil.

Los vecinos saben que, en los cuatro años que lleva gobernando Morena en el municipio, los servicios públicos van en detrimento. Hasta 2021, el servicio de agua cubría al 95 % de la población; ahora es un caos. A pesar de los 32 pozos y 34 tanques de almacenamiento que existen en el territorio local, muchos habitantes no cuentan con agua entubada en sus domicilios.

La población utiliza diversas formas para manifestar su inconformidad y solicitar la restitución del servicio. El director del ODAPAS, Adrián Soto, es indiferente a las protestas que casi todos los días se presentan en su oficina. La gente exige el servicio de agua potable, el desazolve de las redes de drenaje o la limpieza de los drenes. Sin embargo, las peticiones no se atienden y las denuncias quedan en el olvido.

La escasez de agua ha sido aprovechada por los piperos particulares, que ponen los precios a su conveniencia sin que nadie controle el abuso, al grado de que se ha regresado a los tiempos de “La Loba”. El agua se ha convertido en un negocio de la presente administración: para los pozos, pretextan descomposturas y dejan a la población sin agua por semanas, obligándola a comprarla a precios que imponen los piperos particulares.

Las familias más humildes limitan sus gastos para pagar unos cuantos litros, en detrimento de sus actividades de limpieza personal y del hogar. Es un negocio en el que está involucrada la administración morenista: las pipas del ODAPAS y las particulares hacen fila en los pozos del Ayuntamiento para después distribuirse en las diferentes calles y vender el agua, aprovechándose de la necesidad de la gente.

Cuando algún vecino intenta comprar agua a piperos ajenos a la zona, estos son obligados a retirarse, bajo el argumento de que ya existe una “ruta de distribución” y no se permite la competencia. Otra muestra de que Morena en Chimalhuacán es el remedo de “La Loba”: presionan a la población al negarle los servicios y luego se presentan como salvadores para vender el agua a su antojo.

Por otro lado, la presidenta municipal, Xóchitl Flores Jiménez, nunca atiende personalmente a la población. Los vecinos solicitan audiencia con la edil, pero son otros funcionarios de menor nivel quienes los reciben. Estos no tienen poder de decisión y solo retrasan la solución de las demandas y necesidades de la gente.

Los vecinos no obtienen respuesta. Ni la presidenta municipal ni los directores de área resuelven. En Chimalhuacán no hay quien gobierne, quien decida ni quien atienda a la población. Los servicios están en crisis.

El drenaje presenta una situación similar al servicio de agua potable: está colapsado. La población ha tenido que sufrir inundaciones y pérdida de bienes. En 2019, el municipio fue liberado del Atlas de Riesgo —según datos de la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM)—; sin embargo, hoy vuelve a ser uno de los municipios con más problemas de drenaje y en riesgo de sufrir severas inundaciones.

Las calles se encuentran deplorables. Los pavimentos de las avenidas principales están en pésimas condiciones: baches, hoyos, socavones, e incluso obras recién pavimentadas presentan daños. Por ejemplo, la Avenida Central, en el barrio de San Pablo, inaugurada en marzo del presente año, ya muestra baches y fugas de aguas negras. No hay fecha para su reparación.

Esta es la realidad en la que viven los vecinos de Chimalhuacán, y no hay quien la resuelva. Es lamentable que a Xóchitl Flores Jiménez se le vea solo como el títere de su marido, Miguel Benito, quien funge como verdadero operador de la administración y demuestra poco interés por el bienestar de las familias del municipio. Otra muestra del repudio ciudadano es la pésima calificación que obtuvo en la reciente encuesta de Massive Caller: apenas 27 puntos. Es la peor presidenta municipal que ha tenido el municipio.

Los vecinos lamentan haber confiado en una mujer que no sabe gobernar ni atender las necesidades de los gobernados. La respuesta al cambio está en la propia población: deben involucrarse en el gobierno y en la toma de decisiones para solucionar la falta de servicios. A la ciudadanía no le queda más que unirse, trabajar y participar en la solución de sus demandas; solo así habrá resultados.

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