MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Jóvenes, sin oportunidades educativas ni laborales

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La educación que ofrece un gobierno a sus jóvenes es el reflejo del proyecto que se tiene como nación; si se busca construir un país donde la ciencia y la tecnología estén a la orden del día, no puede lograrse si no se le da importancia suficiente a la educación que reciben los estudiantes. Ahora, si lo que se busca es tener un país rezagado que solo ofrezca mano de obra calificada a las grandes empresas, entonces se le relega importancia.

Mientras no haya un cambio profundo, este problema social no va a solucionarse: se necesita que se modifique la estructura para que repercuta en la educación y pueda ser nuevamente una prioridad.

Como ejemplo claro tenemos el avance de la educación en México: a partir de que se empieza a industrializar, fue necesario tener gente capacitada para mover las máquinas, para dirigir las empresas que estaban surgiendo, para explotar el campo, etcétera. Es en ese momento que se da el auge de las universidades; por tanto, la educación estuvo en primer plano. Una vez que el mercado laboral estuvo completo de la mano de obra calificada, ya no fue necesario invertir en el sector educativo y así se ha mantenido.

El sector educativo es uno de los más castigados en su presupuesto. Año con año se le hacen recortes que se ven reflejados en las malas condiciones en las que hoy se encuentran la gran mayoría de instituciones educativas: sin agua potable, sin luz, sin drenaje, sin baños y, en algunas, incluso se imparten clases en escuelas de palitos.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025, se le dio un tijerazo al presupuesto destinado para la educación al disminuirle el 0.6 % respecto al 2024.

Se puede decir que la educación está ligada completamente a las condiciones económicas que rigen un país, y en el caso de México, este abandono total responde a las necesidades del sistema de producción capitalista, que es el sistema que tiene nuestro país. A estas alturas, ya no necesita quien haga ciencia ni tecnología y la demanda de mano de obra calificada es muy baja; por eso hay un ejército de jóvenes que egresan de las universidades y no encuentran empleo en su ramo.

En la última Encuesta Nacional de Egresados (ENE) del Centro de Opinión Pública de la UVM se mostró que 49.7 % de los jóvenes universitarios que se gradúan ingresan al mercado laboral con un empleo que no tiene relación alguna con sus estudios previos.

Esto sucede con los que logran terminar su carrera, pero hay miles de jóvenes que se quedan en el trayecto. De acuerdo con los datos de la organización Educación con Rumbo, aproximadamente 994 mil 219 estudiantes abandonaron los estudios.

En el caso del estado de Michoacán, en el año 2022, el Censo de Población y Vivienda señaló que 242 mil 339 personas eran analfabetas, consecuencia de la deserción escolar que se presenta en el estado.

Y por lo que se puede observar, las cosas no han cambiado para bien, pues a diario se pueden ver por las mañanas camionetas abarrotadas de jóvenes, en su mayoría, que se dirigen a los campos a cosechar, ya sea aguacate, frutillas o limón, principalmente; otros trabajan en la construcción; otros están en los semáforos limpiando parabrisas o en los mercados, como cargadores. En cualquiera de estos casos, son niños o jóvenes que, por las condiciones económicas familiares —que es una de las principales razones por las que abandonan la escuela—, al no haber la entrada suficiente de dinero al hogar, se ven obligados a salir a trabajar desde muy temprana edad para completar el gasto de la casa.

Esta es la realidad que viven, no solo los michoacanos, sino en todo el país: abandonan la escuela para trabajar y los que logran titularse ya no tienen garantía para encontrar un buen empleo.

Mientras no haya un cambio profundo, este problema social no va a solucionarse. Se necesita que se modifique la estructura para que repercuta en la educación y pueda ser nuevamente una prioridad. Se necesita que en las escuelas se preparen verdaderos científicos que le den una nueva oportunidad al país y que salgamos del rezago en el que nos encontramos.

La educación debe ser encaminada al beneficio del país y a que todos y cada uno de los niños y jóvenes puedan educarse sin importar sus condiciones económicas, y educarse bien, con una educación de calidad.

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