Al inicio de la actual administración, encabezada por el doctor Rubén Rocha Moya, los sinaloenses organizados en el Movimiento Antorchista le entregamos un pliego petitorio que planteaba atender necesidades que, al ser resueltas, beneficiarían a estudiantes de escasos recursos económicos, pues se verían apoyadas sus escuelas o casas de estudiantes; a habitantes de colonias populares, pues recibirían los títulos de propiedad de los terrenos que ocupan; a cientos de habitantes de zonas rurales, pues tendrían agua potable o calles pavimentadas; a desplazados por la violencia, pues contarían con un solar que sustituyera al que les fue arrebatado por desalmados; a familias que tenían mucho tiempo pagando renta, pues podrían comprar, en condiciones favorables, un solar que los hiciera dejar atrás su tormento; a muchos sinaloenses, pues, con diversas necesidades.
Sólo la unión de todos los desamparados los hará pasar de débiles víctimas a un movimiento social vigoroso que logre ser escuchado y atendido.
Pero los primeros pasos siempre son difíciles; a medida que fuimos demandando soluciones al gobierno del estado, malos consejeros susurraron al oído del gobernador que había intereses oscuros en nuestras peticiones, que buscábamos dinero. Así, recibimos duras respuestas y epítetos infamantes a través de los medios de comunicación. Por nuestra parte, confiados en la justeza de las demandas enarboladas, insistimos en que se resolvieran.
Finalmente, el doctor Rocha Moya, mostrando sensibilidad y experiencia, decidió reunirse con una representación del Comité Estatal de la organización; valoró directamente las peticiones que le hacíamos y decidió atenderlas. Gracias a su intervención se logró un significativo avance en la atención a las demandas planteadas al inicio de su gobierno.
Sin embargo, algunas cuestiones que por su naturaleza no podían resolverse en el acto, sino que requieren un proceso más largo —como la regularización de lotes de colonias de Culiacán y Ahome, la venta de solares a gente de escasos recursos económicos o la donación de estos a desplazados—, el gobernador las encargó al secretario general de Gobierno. Hoy, este se desempeña en el Senado de la República, por lo que los temas ya no han sido supervisados por alguien de la jerarquía y confianza del doctor Rocha. En la solución de estas demandas el avance es tan lento que apenas se ha movido del punto inicial.
Además, el paso del tiempo ha hecho que nuevas necesidades surjan y que las que ya había se vuelvan más urgentes de ser atendidas. Dada la ola de cierre de negocios y despidos masivos que se han dado en la capital y varios municipios del estado, urgen los apoyos emergentes para los damnificados.
La Secretaría de Desarrollo Económico de Culiacán, por ejemplo, dice que han cerrado 600 negocios formales (sólo los formales) por la crisis actual y el IMSS reconoce que en el primer semestre de 2025 se han perdido 10 mil 376 empleos formales, a los que también hay que sumarles los informales, que según la Coparmex ascienden a 36 mil: más de 50 mil personas desempleadas solo en el primer semestre del año 2025.
Es de todos conocida la situación educativa en el ciclo escolar recién concluido: muchos estudiantes apoyados por sus familias decidieron no acudir a las aulas en días de violencia extrema, por lo que se acumuló un rezago en su preparación, hasta ahora no cuantificado seriamente, pero que es notable. Por eso es más urgente dotar del equipo necesario a todas las instituciones educativas para que puedan funcionar en mejores condiciones al regresar al ciclo escolar 2025-2026, así como atender y fundar nuevas casas de estudiantes y equiparlas para que sean el necesario complemento de las escuelas en la formación integral de la juventud.
La necesidad de pavimentaciones, redes de drenaje, agua potable, instalaciones deportivas, infraestructura en colonias populares y comunidades rurales está a la vista: a las necesidades que no han sido atendidas hace tiempo se han sumado otras, y la acción de la Secretaría de Obras Públicas y los compromisos que ha hecho no se han venido cumpliendo, aumentando así el descontento popular.
Por lo dicho hasta aquí creemos necesario pedir la intervención del gobernador del estado para que brinde soluciones a los representados por Antorcha, pues su sensibilidad y experiencia como docente y servidor público le pueden mostrar que hablamos con verdad y que sus operadores políticos tienen rato ralentizando, cuando no bloqueando francamente, el avance de las soluciones para el pueblo organizado.
A los antorchistas todos los convoco desde aquí, fraternalmente, a que arreciemos nuestra campaña de difusión de nuestras demandas por dos motivos: uno, que todo sinaloense de bien conozca nuestra lucha y juzgue si nuestros planteamientos son pertinentes o no, y dos, para llamar a los desempleados, despedidos, enfermos, desplazados y a tantos miles de paisanos más afectados de cualquier manera por la crisis actual, a que se unan, a que sepan que en las situaciones más complicadas sólo sus iguales se pueden unir a él para exigir la atención que hasta ahora se les niega; solo la unión de todos los desamparados los hará pasar de débiles víctimas a un movimiento social vigoroso que logre ser escuchado y atendido.
El momento actual facilita a los trabajadores darse cuenta de la gran cantidad de afectados por el sistema económico empobrecedor en que vivimos, y de que, poderoso y grande como es este, solo puede ser contrarrestado en sus efectos nocivos por una masa bien unida y organizada, conocedora de sus derechos y de la fuerza de su unidad. La crisis de hoy muestra de manera más dura y cruda los daños del capitalismo, un sistema que afecta siempre a los más desvalidos, hasta que estos se deciden a cambiarlo.
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