MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Ixtapaluca, Estado de México: el paradigma de la destrucción

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Es relativamente sencillo dar a conocer una buena parte de lo que ha echado a perder en Ixtapaluca, Estado de México, el actual presidente municipal, Felipe Arvizu de la Luz, porque es mucho, lo difícil es ordenarlo y exponerlo haciendo todo lo posible para que no parezca un invento o un ataque de rabia. El señor está en su segundo periodo de gobierno -luego de que arribó a Morena y al poder municipal por primera vez, salido de una de las peores expresiones del PRI- ya que, a duras penas, pero le alcanzaron para reelegirse las extorsiones a los votantes que llevaron a cabo sus operadores apoyándose en las ayudas para el bienestar.

Comenzó desapareciendo los apoyos sociales más elementales a los que tenía acceso gratuito, no la persona que se inscribía y recibía en su casa a los servidores de la nación, sino todo el que llegaba al sitio del servicio y lo solicitaba. Gracias a sus habilidades ya sólo son recuerdos, las farmacias comunitarias en las que se compraban medicinas baratas, se destruyó el Centro Recreativo “Manuel Serrano Vallejo”, el cual fue renombrado, desmantelado y se le mantiene en ruinas (se comprende; así se llamaba un mártir del Movimiento Antorchista, un modesto vendedor de periódicos que fuera el padre de Maricela Serrano cuya obra monumental en Ixtapaluca empequeñece a Felipe Arvizu), con lo que el arbitrario presidente municipal dejó a muchos adultos mayores sin servicios médicos, sin tinas de hidromasaje, sin talleres para su sana ocupación, sin cine para su distracción, y sin alimentación gratuita que se proporcionaba apoyada con el magro presupuesto de la anterior administración municipal. 

Un año después de que este sujeto estuviera supuestamente trabajando para el bienestar de la gente, los integrantes del Movimiento Antorchista, sin ninguna duda la organización social con mayor presencia y prestigio ganado a pulso en el municipio, se presentaron ante la presidencia municipal a entregar, como siempre y en todas partes, respetuosa y pacíficamente, su pliego de necesidades básicas insatisfechas. Se trataba y se trata todavía de obras y servicios públicos que es obligación legal de la autoridad atender ya que maneja el poder y el presupuesto público y sólo cabe agregar que no salió nadie a atender a los ciudadanos.

Pronto se pasó a usar la represión abierta como respuesta a los peticionarios. El 7 de agosto del 2023, durante un raro recorrido del alcalde por la Colonia Wenceslao Victoria Soto, nombrada en recuerdo agradecido de otro héroe gigante del Movimiento Antorchista, algunos vecinos se acercaron a Arvizu de la Luz para entregarle un pliego de necesidades elementales. No se necesitó mucho, los gobernantes déspotas lo tienen muy bien estudiado: un guarura armado, empujó a una señora, esta se molestó y como contundente respuesta, los colonos fueron golpeados por escoltas y policías municipales. La denuncia sigue archivada. 

El 23 de ese mismo mes y año, habitantes de la colonia Rey Itzcóatl, se atrevieron a pedir información sobre la reparación de luminarias. En respuesta, un grupo de mujeres y un hombre bien conocidos como incondicionales del alcalde, atacó a la delegada Yasmín Calva y la dejó lesionada como consta en el certificado médico que entonces se obtuvo. Tampoco prosperó la denuncia ante la Fiscalía General del Estado.

El 2 de diciembre siguiente, cuando unos antorchistas ejercían pacíficamente su derecho constitucional mediante el reparto de volantes en el centro de Ixtapaluca, para denunciar la indiferencia oficial ante las golpizas y las peticiones ciudadanas ignoradas, otra vez, policías municipales les cerraron el paso, les arrebataron los volantes y tundieron a una profesora. El 7 de diciembre, varios miles de ciudadanos se manifestaron con una nueva marcha en el centro de Ixtapaluca para exigir, no sólo la solución de las demandas del pueblo, sino el fin de las arbitrariedades y la represión. 

Los abusos y las exacciones continuaron. Sólo como ejemplo particularmente ilustrativo, informo que en el mes de enero de este año, Felipe Arvizu, ordenó un aumento del 100 por ciento al cobro por el servicio de agua potable, pasó de mil 400 a dos mil 800 pesos al año. La realidad habla por sí sola de la avaricia y el atropello. No hay nuevos pozos, no se han mejorado las redes, no se han desazolvado fosas, no se atendieron los tandeos en colonias en las que sólo reciben el servicio de agua dos veces por semana y por unas cuantas horas y no se avanzó en el proyecto del pozo en la colonia Rey Itzcóatl en la que viven 10 mil familias. Para una mejor comprensión de la clase de gobierno que hay en este municipio del oriente mexiquense, debe agregarse que, a fines del año pasado, el llamado Operativo Enjambre, diseñado para combatir al peligroso crimen organizado, pasó por Ixtapaluca y se llevó preso al subdirector de Seguridad Pública Municipal, Rodolfo Chávez Torres, familiar del presidente municipal Felipe Arvizu de la Luz.

Algo tenían que hacer los ixtapaluquenses pacíficos que viven de su arduo trabajo diario. El 12 de marzo pasado, 10 mil de ellos y sus hijos, marcharon por las calles del centro del municipio exigiendo diálogo, solución a sus demandas ignoradas y, en particular, mejores condiciones para las escuelas en estado deplorable. Juzgue usted: a la misma hora de la protesta ciudadana, un grupo de funcionarios con un comando de policías municipales armados, en varias decenas de autos y camionetas, llevó a empleados del organismo de agua potable (no se sabe si iban amenazados por sus jefes) para intentar desviar el agua del pozo de la zona 6 de Junio hacia predios privados dejando abruptamente sin servicio a miles de familias y, cuando los vecinos se atrevieron a solicitar la justificación del hecho, fueron embestidos brutalmente y más de 20 personas resultaron heridas, entre ellas, varios adultos mayores y varios menores de edad. Además, se desató contra ellos una abusiva guerra jurídica para acusarlos de la comisión de graves delitos. Al señor Felipe Arvizu sólo le falta ostentar el orgullo de tener presos políticos.

Ixtapaluca está ya entre los cinco municipios más peligrosos del Estado de México, los hospitales están desabastecidos, los médicos exigen insumos, los recolectores de basura tiraron recientemente los desechos frente al palacio municipal en protesta por el despotismo con el que se les trata, por los cobros indebidos y por la corrupción que los azota. Nadie se engañe, el gobierno de Arvizu es un gobierno vandálico y reaccionario, pero no por ineptitud ni por odio patológico. Las averías en la salud mental de los mandamases de Ixtapaluca no quedan descartadas, pero, quedarse ahí no ayuda a la comprensión y a la conciencia. 

Estamos ante la expresión brutal y descarnada de la política social, económica y política de Morena, la Cuarta transformación o el lópezobradorismo, como se le quiera llamar. El capitalismo de sus patrones nacionales y extranjeros les exige imponer severos recortes al gasto en salud, en educación y, entre otros gastos de beneficio social, a la vivienda. Les imponen, en contrapartida, un aumento en los gastos para el ejército que absorbe a la guardia civil y se ocupa ya de la seguridad ciudadana, pero, les toleran, todavía, los gastos en la extorsión electoral para mantenerse en el poder. Esa, con torpeza y descaro inauditos, es la práctica política de Felipe Arvizu de la Luz.

Concluyamos. ¿Destrucción de qué? En primer término, del patrimonio del pueblo, de sus obras y de sus servicios. Porque del pueblo era y de nadie más, todo lo que ya sólo son escombros. En segundo término, ¿de la buena fama de Morena o de la de los personajes que la encarnan tan bien en Ixtapaluca? Eso sería faltar irresponsablemente a la verdad, porque ni Morena ni sus representantes en el municipio, han gozado nunca de ningún buen prestigio, han gozado, sí, y se han aprovechado hasta hartarse, de la resignación de la gente. Eso es lo que ahora, con altanería y con majaderías, han hecho pedazos (sólo dos votantes de cada diez marcaron la opción favorable a Arvizu de La Luz para que se reeligiera). Si la agresión fuera efectiva, las tiranías serían eternas. No lo son. Cuando la resignación se acaba, sigue la acción. Entonces el pueblo deja de confiar en santos que almuerzan y toma en sus manos su destino. Para allá vamos.

P.S. Cuando ya estaba terminado este escrito y todavía no se publicaba, el domingo 13 corrió la terrible noticia de que en la colonia Cerro de El Tejolote se había asesinado a balazos a una modesta mujer que se dirigía a instalarse en una esquina en la que vendía tamales para mantener a sus dos hijos. El crimen se ejecutó muy cerca de donde vive Maricela Serrano Hernández, dirigente regional y miembro de la Dirección Nacional del Movimiento Antorchista. Como cualquiera lo comprende, mientras no se esclarezcan plenamente los móviles de los hechos y el autor material y los autores intelectuales permanezcan impunes, caben muchas interpretaciones.

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