Hoy, sábado 19 de julio, se manifestarán pacíficamente miles de personas en Ixtapaluca, en una Marcha por la paz que exige acciones concretas contra la inseguridad que atemoriza a los habitantes de ese municipio, uno de los más inseguros de todo México.
La inseguridad en Ixtapaluca no es un caso aislado, pero sí de los más graves. En México se generaliza la percepción de inseguridad, lo que quiere decir que están aumentando los delitos que ponen en riesgo la vida, la integridad y los bienes de los mexicanos. Según la encuesta más reciente del INEGI (Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, abril de 2025), seis de cada diez mexicanos habitantes de zonas urbanas se sienten inseguros en los lugares donde viven, laboran o por los que transitan. Esa percepción no es una creación fantástica de la mente de las personas, sino una resultante de lo que ocurre en la realidad cotidiana, en la que aumentan los homicidios, lesiones, robos de todo tipo y desapariciones forzadas contra los ciudadanos inermes. Simplemente, las personas se sienten inseguras porque ahora hay más delitos; de algunos se enteran a través de los medios de comunicación y otros los afectan personalmente o dañan a su círculo de amistades, familiares o vecinos.
Pero hay lugares en donde esa percepción de inseguridad, alimentada cotidianamente por los delitos que sufre la ciudadanía, alcanza niveles alarmantemente altos sin que se active ninguna respuesta de las autoridades para resolver el problema. Uno de esos lugares es Ixtapaluca, que se ha convertido en uno de los municipios más inseguros del país, en donde más del 86% de sus habitantes se sintieron inseguros en el primer trimestre de este año, según la encuesta arriba mencionada, lo cual concuerda con un indicador oficial para ubicar a los municipios más peligrosos del estado: “el Semáforo Delictivo del Estado de México posiciona a Ixtapaluca entre los cinco municipios más peligrosos de la entidad, solo por detrás de Valle de Chalco, Chalco, Ecatepec y Chimalhuacán, destacando homicidios y robos con violencia como los delitos más frecuentes” (Quadratin, 5 de marzo de 2025). Los medios de comunicación y las redes sociales están llenos de evidencias de que la inseguridad se apodera de ese municipio; a esos delitos de los que informan los medios, se suman aquellos que se procesan en las agencias investigadoras sin trascender mediáticamente y los que no son denunciados por las víctimas, por temor a represalias o porque no tienen la menor esperanza de que se castigue a los agresores, todo ante la inacción de la presidencia municipal morenista encabezada por Felipe Arvizu, cuyo Director de Seguridad fue acusado de diversos delitos y aprehendido a finales del 2024. La gente ha esperado, en vano, que por lo menos se lance un grito de ayuda a las autoridades estatales y federales.
Hace unos cuantos días, un crimen brutal estremeció a la opinión pública. El Universal publicó los detalles: “Gran indignación causó el asesinato de la señora Patricia Cruz Morales, ocurrido el pasado domingo 13 de julio, alrededor de las 7 de la mañana en céntricas calles de la colonia Cerro de El Tejolote, municipio de Ixtapaluca, Estado de México: un individuo se acercó tranquilamente a la señora que desde hace 20 años vendía tamales y atole en una esquina de la colonia y, a sangre fría y a quemarropa, asesinó a la señora Patricia, quien con esa actividad sustentaba a sus dos hijos –de 12 y 13 años– quienes quedaron huérfanos de padre y madre, dado que el primero falleció hace cinco años (…) Los hechos sucedieron cerca del Centro de Salud de la localidad, justo en el corazón de la colonia El Tejolote y muy cerca de viviendas de líderes sociales, militantes de Antorcha y, en particular, de la dirigente histórica del antorchismo mexiquense, Maricela Serrano Hernández, para quienes pedimos garantías de seguridad”, denunció el Movimiento Antorchista Nacional, protestando contra el crimen de la humilde vendedora de tamales y mostrando su preocupación de que al amparo del clima general de inseguridad se desate una escalada intimidatoria dirigida contra quienes realizan el trabajo de organización en la colonia El Tejolote y en todo el municipio. El horrendo crimen provocó indignación, reclamos que generaron tendencias en las redes sociales y reuniones vecinales de las que surgió la convocatoria a la manifestación de hoy, en demanda de paz, tranquilidad y seguridad inmediatas.
Algo muy grave ocurre en un país cuando la gente tiene que salir a manifestarse masivamente para reclamar el elemental derecho humano y constitucional a vivir seguro y en paz, que debieran garantizar las autoridades de los distintos niveles de gobierno, de acuerdo a sus respectivas atribuciones. La Marcha por la paz en Ixtapaluca, entonces, debe ser vista por todos los niveles de gobierno como una alerta que hay que atender de inmediato; como el síntoma de una conmoción muy grave que están sufriendo los mexicanos todos los días; como el reclamo pacífico pero enérgico de que se les garantice su derecho a vivir, trabajar, estudiar, divertirse, trasladarse a donde sea sin el temor de ser asaltados o sufrir algún daño o perder la vida.
Con esa convicción, los manifestantes han decidido iniciar su reclamo ante la autoridad municipal que les prometió combatir la inseguridad y no lo ha hecho, pero decididos a llevar su movilización en demanda de paz a la Presidencia de la República. Tienen razón y tienen derecho; merecen ser respetados, atendidos y resueltas sus peticiones. Representan el sentir de millones de mexicanos agraviados por la inseguridad.
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