MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Desempleo e informalidad en Tizayuca

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En Tizayuca, uno de los municipios con mayor crecimiento poblacional en Hidalgo, gran parte de la población, especialmente los jóvenes, padece la falta de empleo formal. El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Hidalgo (STPSH), Óscar Javier González Hernández, señaló que los índices más altos de desempleo en el estado los tienen Tizayuca, Tula, Actopan, Mineral de la Reforma y Pachuca.

Aunque los indicadores y cifras estatales señalan bajo desempleo, la realidad es que muchos habitantes no encuentran trabajo o solo acceden a empleos informales sin prestaciones ni estabilidad. 

Mientras el gobierno celebra obras millonarias, más de la mitad de los trabajadores en Tizayuca sigue sin acceso a derechos laborales básicos.

Según datos del Inegi, la tasa de desempleo en Hidalgo fue de 1.8 % al cierre de 2024 —equivalente a 27 mil personas desocupadas—, aunque en Tizayuca, sin medición estatal precisa, estimaciones locales ubican la tasa en 2.25 %, cifra preocupante para un municipio cuya población económicamente activa supera las 100 mil personas.

Tizayuca es identificado como uno de los municipios urbanos de Hidalgo con mayor informalidad laboral. Datos del Servicio Nacional de Empleo revelan que el 51.8 % de los trabajadores en Tizayuca están en la informalidad, es decir, esto implica que más de la mitad de los trabajadores carecen de contratos, prestaciones, seguridad social o derechos laborales básicos, situación que desmiente el discurso triunfalista del gobierno estatal. 

La informalidad conlleva inestabilidad para las familias, pues carecen de acceso a salud laboral, pensiones o derechos básicos. También deriva en bajos ingresos, es decir, salarios por debajo del mínimo o sin compensaciones adicionales. 

Por último, vulnerabilidad, dejando a los trabajadores a merced de mayor exposición a fraudes laborales o sobreexplotación.

Julio Menchaca ha repetido incontables veces en sus tres años de administración que apuesta por generar empleos mediante alianzas con empresas privadas. No obstante, lo ocurrido en Tizayuca evidencia que estas acciones son insuficientes y están lejos de solucionar el problema estructural del desempleo y la informalidad.

En enero de 2025, el gobierno de Julio Menchaca inauguró con bombo y platillo el Centro de Almacenaje y Distribución de la Cooperativa Pascual en Tizayuca, una obra anunciada como muestra de la estrategia estatal para reactivar la economía y presentada como avance para la región: se prometieron 800 empleos directos y cerca de 5 mil indirectos durante la construcción.

Sin embargo, tras más de medio año de su inauguración, la situación laboral en Tizayuca no ha mejorado significativamente, ya que el desempleo y la informalidad continúan siendo los principales desafíos para las familias trabajadoras, mientras los beneficios prometidos por el gobernador no han sido tangibles para la mayoría.

La inversión en grandes obras como el Centro de Distribución de Pascual —que, según la Secretaría de Desarrollo Económico, fue de 115 millones de pesos— no ha tenido impacto sostenido, pues muchos empleos generados son temporales y precarios, sin contribuir a un mercado laboral fuerte y equitativo.

Mientras el gobierno morenista celebra inauguraciones, más de la mitad de la población trabajadora de Tizayuca sigue en la informalidad y miles permanecen desempleadas, demostrando que la información oficial choca con los datos y la experiencia ciudadana: Tizayuca necesita algo más que anuncios espectaculares, requiere empleos formales, oportunidades reales y un compromiso verdadero del gobierno estatal.

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