Aleida Ramírez Huerta, dirigente de Antorcha en Yucatán, destacó que la pobreza en Chiapas no debe verse como normal y llamó a impulsar pavimentación y servicios básicos
“Hoy estamos festejando dieciocho aniversarios, y estamos festejando lo que verdaderamente importa: la unidad y la solidaridad de los antorchistas chiapanecos. Porque ustedes creyeron en las palabras del Movimiento Antorchista y a la fecha están festejando con mucho orgullo y con mucha alegría, dieciocho años que se dicen fácil, pero que a ustedes les ha costado mucha lucha, mucho sudor y muchas lágrimas”, fue el mensaje contundente que pronunció Aleida Ramírez Huerta, dirigente del Movimiento Antorchista de Yucatán durante el festejo de un año más de la colonia Unidad Antorchista de Tuxtla Gutiérrez.

El pasado 14 de diciembre, unos 900 antorchistas se dieron cita en el auditorio “Fraternidad” para celebrar el dieciocho aniversario de fundación de esta colonia. Fue durante el evento político cultural donde el antorchismo de Chiapas sintió el cobijo de la organización, pues se sumaron a este festejo Aleida Ramírez Huerta, dirigente de Antorcha en Yucatán; Franklin Campos Córdova, dirigente de la organización en el Regional Sureste; Isaías Chanona Hernández, líder antorchista del estado de Tlaxcala, y la dirigente en Chiapas, Lourdes Guzmán Sebastián; así como integrantes del Comité Estatal de esta entidad y Comité de Plenos de Chiapa de Corzo, Ocozocoautla, Berriozábal, Palenque, Simojovel y la colonia sede.

En su mensaje, Aleida Ramírez Huerta reconoció a los antorchistas de la Unidad por mantenerse en las filas de la organización, a pesar de que la lucha siempre ha sido difícil. “Quienes conocemos a Antorcha desde hace muchos años sabemos que la lucha nunca ha sido fácil; pero que es necesaria y seguirá siendo necesaria, mientras la pobreza siga galopando en todos los rincones de nuestro país. Chiapas, para desgracia de muchos, es uno de los estados que cuando no está en primer lugar está en segundo lugar en pobreza, y donde más de 5 millones de chiapanecos tienen que sortear día con día la lucha por mejorar sus condiciones de vida”, dijo.

Por eso llamó a los antorchistas a que no se acostumbren a ver la pobreza como algo normal, sino como algo que puede cambiar si se deciden a luchar. “Es cierto que festejando también se está luchando, pero hacen falta muchas cosas por hacer, como concluir la pavimentación de calles, ingresar a las escuelas de nivel superior para completar la educación de todos sus hijos; también, que los servicios básicos funcionen correctamente; pero eso no nos lo va a traer nadie, lo tenemos que hacer nosotros, con nuestro trabajo y con nuestra lucha”, agregó.

Fue una noche inmensa y fraterna. Para abrir el programa, los centros educativos de la Unidad Antorchista presentaron villancicos navideños; los grupos culturales de Pantepec presentaron “Bailes de Sinaloa”; la preparatoria Ingeniero Aquiles Córdova, de Chiapa de Corzo, presentó “Bailes de la Freilesca Chiapaneca”; y el ballet estatal, “Danza Viejitos” y “Bailes de Mazatlán”.

Como un alivio al corazón de los antorchistas también disfrutaron de los poemas: “Las Golondrinas”, del poeta Luis Rosado Vega, interpretada por la niña Joelia Abigail López; “El niño yuntero”, de Miguel Hernández, declamada por Cesia Sofía López; y para el tercer bloque cultural, escuchamos a Cutzi Itzamatul Aguilar, con “Letanías de la tierra muerta” de Alfonsina Storni.

En música, destacó la participación impecable de Joaquín Emmanuel Ruiz con “Granada” de Agustín Lara, y “Amapola” de José María Lacalle; Clayber de León, con la canción “Aires del Mayab” de Pepe Domínguez; y para cerrar la noche, Lizbeth Guzmán estremeció al público con su voz cuando interpretó “Caro mío ben” de Tomasso Giordany y “Dime que sí” de Alfonso Esparza Oteo.

Finalmente, el programa cerró con el encendido del árbol navideño, donde se acercaron las familias para dar inicio a las festividades de fin de año; y el baile popular a cargo de un grupo que amenizó alegres melodías.
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