La visita del presidente de la República a Tabasco, que para mucho era una esperanza de apoyos inmediatos, resultó decepcionante para los tabasqueños: en primer lugar, porque no hubo tales apoyos inmediatos, sino el compromiso de elaborar un "plan integral" para evitar más inundaciones en la entidad y de un programa de apoyos para enseres, animales y cultivos perdidos, que "se darán de manera directa a la población", a través de bienestar, y los tabasqueños ya tienen la experiencia anterior de cómo manejaron la Secretaría de Bienestar y los servidores de la nación los 37 mil apoyos que dicen haber dispersado entre los afectados del frente frío número 9, a principios de octubre y, en segundo lugar, porque ni el presidente de la República ni el gobernador del estado, como dice el pueblo, "se mojaron los zapatos" en la supervisión que hicieron de las inundaciones; la hicieron por avión, sin tener el contacto directo con los afectados en las zonas más críticas que es, a no dudarlo, una fuente insustituible de información y de sensibilización que requiere todo gobernante.Resulta contrastante para los paisanos de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que los presidentes y gobernadores "fifís" y neoliberales sí agarraron las palas, sí se metieron al agua sucia, repartieron apoyos inmediatos y tuvieron una mucho más efectiva labor de salvamento y socorro que el autollamado "presidente de los pobres".
La actitud del gobernador es tal que, cuando un periodista le pregunta el número de albergues existentes, lo remite a preguntarle al DIF y cuando lo cuestiona sobre el número de damnificados, contesta que no tiene las cifras.
Hasta el día 8 a mediodía se reportaban oficialmente más de 141 mil damnificados, más de 34 mil viviendas dañadas, 5 muertos, 8 ríos desbordados, 529 colonias afectadas y 33 tramos carreteros cerrados; pero ese dato, emitido por Protección Civil al medio día del día 8 de noviembre, cambia hora con hora, porque la inundación avanza a cada hora, aunque la titular de Protección Civil Nacional haya declarado: "ahorita ya estamos saliendo de la emergencia".
En las últimas horas, conmocionó a los tabasqueños el caso de la colonia El Castaño, en el municipio de Macuspana, en donde las propias autoridades municipales, también morenistas, desconectaron la energía eléctrica y dejaron de funcionar los cárcamos que desalojaban el agua de la colonia, y en virtud de que no dieron aviso a los colonos ni los evacuaron, en la noche del día 7 toda la colonia estuvo en grave peligro de perder la vida, estando el presidente de la República en Tabasco.Si la desgracia no fue de tal magnitud, eso se debió a que la gente de la localidad y de pueblos de pescadores, como Morelos, y aún de otros municipios como Jonuta, acudieron al rescate de la población que clamaba auxilio desde las azoteas de sus casas, con niños, ancianos y discapacitados.La presencia de autoridades de Gobierno tardó más de 4 horas de iniciada la inundación de dicha colonia por el desbordamiento del rio Puxcatán.
Y más recientemente, en la noche del día 8, ante las filtraciones del río Grijalva, de la parte del muro que lleva al centro de la ciudad de Villahermosa, hubo varias alarmas ciudadanas y videos de que el rio le había ganado al muro de contención, con el consiguiente pánico de la población.Lo cierto es que, al momento de escribir estas líneas, se ha retirado del lugar el Ejército y los ciudadanos, que por cientos y miles están participando en la colocación de costales de arena, porque ya no se puede hacer más.Y el gobernador ha declarado: "ya controlada la zona.Se instaló doble costalera para evitar la fuga del rio hacia esa zona".Pero en Tabasco ya nadie le cree.
Ante la falta de apoyo han brotado varios intentos de saqueos de las tiendas sobre todo en la noche del día de ayer, 8 de noviembre, que la policía ha controlado; de la misma manera se están dando muchos robos en casa habitación de las familias que tuvieron que abandonar su hogar sin poder llevarse más que la ropa indispensable.El robo, el saqueo, la anarquía y la desinformación es lo que campea en este momento en la ciudad de Villahermosa y en todo Tabasco.
Y como siempre ocurre, como en los terremotos de la Ciudad de México, y en toda desgracia colectiva, ha vuelto a aflorar el verdadero héroe, el verdadero constructor de la sociedad y de la historia: el pueblo.Son los propios tabasqueños, que ya no esperan nada de sus gobiernos, más que mentiras, los que están salvando a otros tabasqueños: unos ponen sus carros, otros prestan sus casas, aquellos ponen su fuerza física, estos otros vigilan y surten de combustible los cárcamos, otros vigilan los drenes y hacen recorridos e informan, los pescadores ponen sus lanchas, el combustible y trabajo continuo de hasta 36 horas en el rescate de sus hermanos de origen en desgracia.
Tampoco hay motivo de queja sobre el trabajo sacrificado del ejército y la Marina, que si no hacen más es por las deficiencias enormes de su superior, el Comandante Supremo, es decir, el presidente y del gobernador.
La desgracia de Tabasco nos deja ver, tal cual son, los dos actores principales de la sociedad mexicana: la insensibilidad, ineptitud y cicatería de los gobiernos de Morena y la nobleza, el esfuerzo y el sacrificio del pueblo tabasqueño.
Tabasco saldrá adelante, pese al fracaso de Morena.
Fuerza Tabasco.
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