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México y remesas, a la baja

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El dinero que los migrantes mexicanos envían a sus familias va más allá de jugar un papel importante para la economía de nuestro país.

Durante los primeros seis meses de 2023, México rompió un récord a nivel mundial, ya que, de enero a junio, el país recibió 30 mil 238 millones de dólares por parte de mexicanos que viven y trabajan en el extranjero y que envían periódicamente dinero a sus familias. Esta enorme oleada de divisas que ingresa a nuestro país para aliviar la economía de millones de familias y el desarrollo del país son las remesas.

En agosto del presente año, las familias receptoras de remesas experimentaron una caída en estos ingresos mensuales de 8.3 % respecto de la entrada observada el mismo mes del año anterior, según estadísticas del Banco de México.

Las remesas juegan un papel muy importante en la economía y el bienestar de muchas personas en México, según datos del gobierno mexicano, tan solo durante 2022, los envíos de dinero a México alcanzaron 58 mil 497 millones de dólares. Esta cifra representa un crecimiento de 13.4 % con respecto al año anterior.

En abril de 2023, los envíos habían sido de 5 mil millones, con un alza de 5 % respecto a 2022. Ese año, las remesas habían crecido 14 % hasta llegar a 4.7 mil millones, y en 2021 se vivió un repunte sin precedentes de 40 %, al acumular 4.1 mil millones de dólares.

En agosto del presente año, las familias receptoras de remesas experimentaron una caída en estos ingresos mensuales de 8.3 % respecto de la entrada observada el mismo mes del año anterior, según estadísticas del Banco de México.

De enero a agosto de este año, las remesas a México totalizaron 40 mil 466.85 millones de dólares, una caída de 5.89 % respecto a 2024.

“En el octavo mes del año, los 4.1 millones de hogares beneficiados por estos recursos recibieron 5 mil 578 millones de dólares, un flujo que, sin embargo, resultó inferior al captado en el mismo mes de 2024, cuando recibieron un histórico ingreso de remesas por 6 mil 82 millones de dólares” (El Economista, 2 de octubre de 2025).

Durante dos meses del año pasado, esto es, en junio y agosto, los trabajadores mexicanos desplazados en el exterior enviaron más de 6 mil millones de dólares en forma de remesa.

Expertos en remesas del Centro de Estudios Monetarios de Latinoamérica (Cemla), BBVA México y Goldman Sachs coincidieron en que esta caída en los flujos anuales de envíos de dólares es multifactorial.

“Asi?, mencionan la menor fortaleza de la economía de Estados Unidos y su capacidad para generar empleos; el miedo a las deportaciones y la política migratoria de Estados Unidos; la caída de los cruces migratorios de mexicanos, evidente desde 2023; la edad promedio del migrante mexicano que vive en Estados Unidos; la fortaleza del peso mexicano, que va en detrimento de cómo llegan los recursos al bolsillo del hogar receptor, y la caída de los migrantes en tránsito que también recibían remesas entre 2023 y 2024 en México” (El Economista, 2 de octubre de 2025).

Las cifras del banco central muestran que las remesas ingresaron a través de 13.8 millones de operaciones, lo que significó una moderación respecto de los 14.9 millones de transacciones observadas el mismo mes del año pasado.

El pico de las remesas a México se alcanzó en noviembre del año pasado, cuando ascendieron a 65 mil 20 millones de dólares en su registro anual. Desde allí comenzó una caída hasta 62 mil 212 millones de dólares.

En los próximos dos años, los flujos de remesas fluctuarán en torno a montos cercanos a los de 2025, es decir, el equivalente a 3.1 o 3.4 % del PIB.

La mayor caída de las remesas se presentó entre 2008 y 2009, de 20 % anual, y estuvo ligada a la situación económica de Estados Unidos.

La información del Banco de México muestra que, en el periodo de enero a agosto de este año, el valor del ingreso por remesas que llegaron al país a través del sector financiero mexicano resultó de 40 mil 467 millones de dólares.

Por todo lo expuesto anteriormente, nuestro país no debe depender de las remesas porque son un ingreso externo y volátil que no impulsa el crecimiento económico a largo plazo, sino que actúa como un apoyo para los hogares.

Para evitar que dependamos de las remesas, es necesario que todos los trabajadores se organicen y, como un solo hombre, tomen el poder político y, desde allí, creen millones de fuentes de empleo bien remuneradas, y de esta manera impulsen la economía y la infraestructura de nuestro país para no tener que salir a otras partes para conseguir el sustento diario para nuestras familias.

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