Las cárceles de la entidad registran una ocupación del 134 %, con 4 mil 376 personas recluidas en instalaciones diseñadas para 3 258, y sólo el 43 % cuenta con sentencia firme
Saltillo, Coah. En Coahuila, más de 2 mil 400 personas están presas sin haber recibido sentencia. Eso significa que el 56 % de las personas privadas de la libertad no saben todavía si serán declaradas culpables o inocentes.
Son datos oficiales, del Censo Nacional del Sistema Penitenciario actualizado a febrero de este año, y muestran una realidad muy grave: la justicia en Coahuila es lenta y castiga antes de juzgar.
Mientras tanto, sólo 43 % de las personas en prisión ya tienen una sentencia. La mayoría de quienes están tras las rejas, tanto sentenciados como procesados, son hombres.
Además, la mayoría de los casos son del fuero común (robos, peleas, violencia familiar, etcétera). Sólo 12 % de los presos están ahí por delitos federales.
A este problema se suma otro: las cárceles están rebasadas. Hay espacio para 3 mil 258 personas, pero hoy hay 4 mil 376. Eso significa una sobrepoblación del 134 %. El hacinamiento provoca problemas de salud, más violencia, menos programas de rehabilitación y condiciones de vida indignas.
La razón de este fenómeno se debe a que se está abusando de la prisión preventiva. En vez de garantizar juicios rápidos, se encierra a la gente y se investiga después, lo cual se convierte en un castigo sin juicio.
“Mi hijo lleva casi dos años en el penal de Saltillo y no le han dado sentencia. Lo agarraron por una pelea en la calle y desde entonces estamos esperando. Cada semana voy a visitarlo y cada semana me dice lo mismo: ‘Mamá, no sé nada de mi caso’. Él no es delincuente, no mató, no robó. Está encerrado esperando a que alguien se digne a revisarlo. Esto no es justicia, es abandono”, dice María del Socorro, madre de un joven preso sin sentencia que fue acusado de robo en octubre de 2023.
En 2023, entraron 2 mil 69 personas a prisión y salieron 2 mil 529. Aunque hubo una leve baja, el problema sigue igual: miles de personas presas sin juicio y cárceles que ya no aguantan más.
El sistema penitenciario de Coahuila gastó 163 millones de pesos el año pasado, pero eso no ha resuelto ni el hacinamiento ni la lentitud de los procesos.
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