Nunca se sabe cómo reaccionarán los grupos de poder ante las necesidades de sus gobernados. Actúan de las más extrañas maneras por mínimas que sean las peticiones que se les hagan, incluso si no representan egreso económico alguno; ejercen el poder desde la soberbia y la prepotencia. Por ello, a quienes consideran sus adversarios políticos les hacen sentir su bota al no escucharlos ni atender las necesidades colectivas más apremiantes.
Hoy, a casi cuatro años de desgobierno morenista, hay un gran desencanto por los nulos resultados de la alcaldesa Xóchitl Flores: inseguridad creciente y servicios públicos que pasaron de ser ineficientes a prácticamente inexistentes.
El municipio mexiquense de Chimalhuacán, gobernado desde 2022 por el partido Morena, encabezado por la alcaldesa Xóchitl Flores y su esposo, Miguel Benito, está sumido en la inseguridad, la violencia y el abandono, cuando antes fue un territorio modelo de desarrollo y progreso.
Como se recordará, hace 25 años, el 18 de agosto del año 2000, Chimalhuacán, Estado de México, fue víctima de un ataque caciquil en el que perdieron la vida diez personas inocentes que sólo querían acceder a una vida más digna para sus familias. Ese día se reunieron frente al palacio municipal para festejar la llegada de un alcalde de nuevo tipo que, desde años anteriores, había demostrado con sus obras ser un verdadero representante del pueblo.
Pero la fiesta se convirtió en tragedia por el ataque de gente armada que obedecía órdenes de la cacique del municipio, Guadalupe Buendía, “La Loba”. Luego de una larga lucha por justicia, los sobrevivientes lograron encarcelar a la autora intelectual y, a partir de entonces, el territorio chimalhuacano empezó a cambiar de rostro gracias al arduo e incansable trabajo que desplegaron pueblo y gobierno del Nuevo Chimalhuacán, encabezado por el antorchista Jesús Tolentino Román Bojórquez.
En 21 años, como referí en mi colaboración de la semana pasada, se construyó una infraestructura moderna en el municipio. Durante ese tiempo se ofrecieron servicios de calidad y con calidez a todos los chimalhuacanos, incluidos los morenistas que ahora mal gobiernan Chimalhuacán, quienes también se beneficiaron con el trabajo del gobierno antorchista que construyó redes de agua potable, drenaje, pavimentos, guarniciones y banquetas, electricidad, centros de salud, deportivos y culturales.
Entre ellos destacan el Teatro Auditorio Acolmixtli Nezahualcóyotl y la magna escultura del Guerrero Chimalli, que dio identidad a los chimalhuacanos.
Es cierto que en las elecciones de 2021 los votos no favorecieron al candidato de Antorcha y del Proyecto Nuevo Chimalhuacán (PNCH). La gente puso sus esperanzas en Morena, pues cayó redondita en la demagogia de López Obrador y dio su voto a la candidata del caudillo.
Pero hoy, a casi cuatro años de desgobierno morenista, hay un gran desencanto por los nulos resultados de la alcaldesa Xóchitl Flores: inseguridad creciente —ocho de cada diez chimalhuacanos sienten miedo por tanto delincuente en las calles—; servicios públicos que pasaron de ser ineficientes a prácticamente inexistentes: la gente se queda sin agua a pesar de que en el territorio hay 34 pozos; el drenaje está azolvado y las inundaciones son constantes; la recolección de basura es pésima y las calles están llenas de desechos; la atención médica es casi nula; los espacios públicos y deportivos están abandonados y no hay apoyo a la educación, la cultura ni el deporte.
El gobierno municipal de Morena no escucha a las organizaciones sociales que, en sólo 21 años, construyeron un municipio de progreso.
El gobierno de Morena en Chimalhuacán sabe que ha hecho muy mal las cosas y que ha despertado la inconformidad de la gente. No obstante, sigue confiado en que la población votará por ese partido mientras el gobierno federal continúe otorgando becas y pensiones del Bienestar, que sólo sirven para solventar alguna urgencia, pero no resuelven los problemas de salud e infraestructura, como sí se hacía antes con los gobiernos de vanguardia del Nuevo Chimalhuacán.
No sabemos qué pasará en el futuro. Lo ideal sería que la inconformidad de la gente se manifieste en las urnas cuando sea el momento. Ya conocemos el papel que juegan los apoyos directos que Morena da a mujeres, hombres, adultos mayores, estudiantes y a todo sector en edad de votar; pero, independientemente de esa circunstancia, los antorchistas de Chimalhuacán seguirán gestionando y luchando honestamente por el beneficio de los chimalhuacanos.
Por cierto, en los 21 años que gobernaron los antorchistas y el Proyecto Nuevo Chimalhuacán, nunca, nadie —ni funcionarios ni gente afiliada a esas organizaciones sociales— dio espectáculos denigrantes de derroches ni gastos lujosos en el extranjero, como ahora lo hacen los morenistas con sus viajes fuera del país, presuntamente con dinero público, pues sus salarios no cubrirían tales lujos: boletos de avión de primera clase, hoteles, comidas y paseos suntuosos en ciudades europeas y del Lejano Oriente.
Ejemplos hay de sobra: a España fue el coordinador de los diputados federales, Ricardo Monreal; a Portugal, el secretario de Educación, Mario Delgado; a los Países Bajos, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores. Y no es todo: Andrés Manuel López Beltrán, el hijo del presidente, viajó a Japón, donde se alojó en hotel de lujo y comió como rey. ¿Su sueldo como secretario de Organización de Morena alcanza para tales excentricidades? Sólo Dios sabe.
No, los funcionarios que durante 21 años pasaron por las administraciones antorchistas de Chimalhuacán nunca dieron espectáculos tan denigrantes como los que hoy dan los de Morena, quienes incluso obligaron tanto a la presidenta Claudia Sheinbaum como a la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, a hacer llamados a la “austeridad” de los morenistas, con la que, al parecer, nadie está de acuerdo.
Es más, seguramente seguiremos siendo testigos de los excesos de Morena. Gente así, con doble moral y hambrienta de poder, dinero y lujos, no puede ni podrá trabajar para beneficio de los demás, porque sólo busca el beneficio personal.
Para los antorchistas no hay duda: la única manera de honrar a los mártires de Chimalhuacán, quienes cumplen 25 años de haber perdido la vida a manos de los caciques, consiste en mantener en alto el espíritu de lucha por un municipio y un mundo mejor; en organizar, educar y unir al pueblo trabajador para formar un partido político nacional que represente de verdad al pueblo y desenmascare a los demagogos, como los de Morena, que con su inacción gubernamental hunden en la miseria y el abandono a los pobres de México.
El progreso y la igualdad del pueblo mexicano deben ser obra del propio pueblo. El antorchismo seguirá en pie de lucha para que, en un futuro, el pueblo de Chimalhuacán y de México vivan dignamente.
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