Se suele leer a Carlos Marx como filósofo, economista o agitador. Pero antes, y durante mucho tiempo, fue periodista. No un “opinador” ocasional, sino un editor con olfato para la noticia, un reportero que investigó abusos concretos y un polemista que diseñó campañas editoriales dándole voz a quienes más lo necesitaban. Me atrevo a afirmar que, sin ese entrenamiento de redacción diaria, difícilmente habría afinado la puntería de su crítica social.
En enero de 1842 Marx entró a la Rheinische Zeitung (Gaceta Renana) de Colonia y para octubre de ese año ya era editor. En ese corto ciclo (enero de 1842 – marzo de 1843), publicó 44 artículos, un corpus hoy poco atendido, pero fundamental para entender su giro hacia la crítica económico-social.
El periodismo le ofreció a Marx tres herramientas que supo aprovechar: la verificación y recopilación de datos, la estructura seriada y la vocación pública, es decir, el periódico como organizador de las masas.
Dos pesquisas periodísticas destacan. La primera fue su serie sobre la “ley de robos de leña”, cinco entregas (25, 27 y 30 de octubre; 1 y 3 de noviembre de 1842), donde demostró cómo una reforma penal convertía la pobreza rural en delito al criminalizar recoger leña caída. Esa cobertura, publicada bajo el seudónimo “Un renano”, fue su bautizo como reportero de investigación.
La segunda fueron sus crónicas sobre la miseria de los campesinos del Mosela. En enero de 1843 defendió su trabajo recordando que dos artículos suyos (aparecidos en los números 346 y 348 del diario) documentaban la “indigencia” de la región frente a autoridades que preferían silenciarla. Periodismo con datos incómodos, no sólo panfletos.
Este tramo renano fue decisivo: las actas parlamentarias, las estadísticas locales y las cartas de lectores que Marx procesaba para escribir lo empujaron de la política abstracta al estudio de las relaciones económicas, preludio de su crítica al capital.
Cinco años después, en plena revolución de 1848, Marx regresó a Colonia y lanzó la Neue Rheinische Zeitung (Nueva Gaceta Renana), diario de cuatro planas que se imprimió del 1 de junio de 1848 al 19 de mayo de 1849, con 301 ediciones y un tiraje que subió de 3 mil a 6 mil ejemplares. Marx fue editor en jefe y autor de numerosos artículos de fondo; Engels recordaría que la “constitución editorial era, sencillamente, la dictadura de Marx”, una forma de decir que el ritmo y la línea los marcaba él.
Más allá del tono combativo, la Neue Rheinische Zeitung practicó periodismo de campaña con recursos muy modernos: agenda, foco y repetición. Un ejemplo es “¡No más impuestos!” (Keine Steuern Merh!!!), que se desplegó en alrededor de 30 artículos clave como cobertura militante del boicot fiscal en Prusia, combinando reportes locales, editoriales y llamados prácticos. Es una muestra de cómo Marx usó el diario no solo para interpretar, sino para coordinar acción.
La Neue Rheinische Zeitung fue clausurada por la represión prusiana; el último número salió impreso en tinta roja, gesto tipográfico y editorial a la vez. Para entonces, el periódico ya había fijado un estándar de cobertura internacional, partes militares, economía y política con una firma reconocible: prosa directa, ironía y datos.
El 19 de mayo de 1849 apareció el último número de la Neue Rheinische Zeitung, en el que destaco un artículo de Engels que terminaba así: “Los redactores de Neue Rheinische Zeitung se despiden de ustedes dándoles las gracias por la simpatía que les han mostrado. Sus últimas palabras serán siempre y en todas partes estas: ¡Emancipación de la clase obrera!”. En 1914, el propio Lenin la llamó “el órgano mejor, no superado del proletariado revolucionario”, en un escrito con motivo del 30° aniversario de la muerte de Marx.
Pese a cerrar la Neue Rheinische Zeitung, la labor periodística de Marx no terminó. Su trabajo editorial produjo la publicación de obras como “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” (1852), “Contribución a la crítica de la economía política” (1859), “La guerra civil en Estados Unidos” (panfletos de 1861), “Salario, precio y ganancia” (1865), entre muchos otros, sin olvidar El capital, tomo 1 en 1867. Además, de 1852 a 1862, Marx fue corresponsal del New York Daily Tribune, para el que escribió 355 artículos, demostrando sus alcances a nivel internacional. ¿¡Quién dice que Marx nunca trabajó!?
Lo periodístico de Marx no es accidente biográfico, sino método, una trinchera. En la Rheinische Zeitung aprendió a leer expedientes y estadísticas para convertir un conflicto rural en problema de Estado. En la Neue Rheinische Zeitung ensayó la campaña periodística como arma de lucha, como forma de intervención política informada.
El periodismo le ofreció a Marx tres herramientas que supo aprovechar: la verificación y recopilación de datos; la estructura seriada; y la vocación pública, es decir, el periódico como “organizador” de las masas. Seguir la evidencia, ordenar la narrativa e intervenir en el presente.
Leer a Marx como periodista no minimiza al teórico; lo complementa.
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