Poco más de un mes después de que se notificó el primer caso de sarampión en Jalisco, el estado ya está en el tercer lugar nacional por el número de contagios en el país, con 70 casos confirmados, sólo después de los estados de Chihuahua, que tiene 4 mil 370, y Sonora, 101. En cuanto a casos probables, la entidad jalisciense tiene 470, según datos de la Secretaría de Salud de Jalisco (SSJ).
El 90 % de los casos de sarampión que ha tenido Jalisco han sido en jornaleros o en hijos de jornaleros que son itinerantes y que vienen a trabajar por temporadas al campo.
La velocidad del crecimiento en el número de casos de sarampión ha encendido las alarmas de las autoridades sanitarias de la entidad y llaman a los jaliscienses a reforzar las vacunas y la aplicación de las mismas.
La SSJ detectó que el 90 % de los casos de sarampión que ha tenido Jalisco han sido en jornaleros o en hijos de jornaleros que son itinerantes y que vienen a trabajar por temporadas al campo en Jalisco, quienes, lamentablemente, no traen un esquema de vacunación o lo traen incompleto.
Hasta el momento, la SSJ registra que, de los casos confirmados, 67 están concentrados en el municipio de Arandas, uno en Zapopan, dos casos en Tepatitlán y dos en Jesús María, que son los únicos municipios que han tenido casos de sarampión.
Efectivamente, en los municipios mencionados hay una fuerte presencia de jornaleros migrantes que provienen principalmente de Chiapas y otros estados con alta población indígena, especialmente aquellos del sur y sureste del país. Investigadores de la Universidad de Guadalajara (UDEG) afirman que esta migración se relaciona con la expansión de la industria del tequila y el agave en la región de Los Altos de Jalisco.
Pero los casos de sarampión que están pagando los jaliscienses no son por los casos importados de otros estados, a pesar de que es evidente que en las entidades de la República mexicana de donde provienen los jornaleros migrantes hay una deuda en protección a la salud pública.
Cabe mencionar que Jalisco es considerado como tierra de migrantes. Académicos del Instituto de Estudios Superiores de Occidente (Iteso) señalan que la presencia de jornaleros migrantes en el estado data de hace más de un siglo y sólo se ha intensificado en las últimas décadas; se hizo más notable a partir de la década de 1980.
Más bien, el brote de sarampión es por la negligencia sanitaria de la 4T. A nivel nacional e internacional hay coincidencias en que, en los últimos siete años, los gobiernos morenistas han recortado el ya insuficiente presupuesto de salud en México. El precio lo pagan todos, pero en especial los niños y los más pobres. En este sentido, es oportuno el llamado del titular de la SSJ, Héctor Raúl Pérez, a no subestimar a los pequeños que están vulnerables.
Todos sabemos que el expresidente Andrés Manuel López Obrador estuvo prometiendo, durante seis años, un sistema de salud mejor que el de Dinamarca. Sin embargo, ahora los mexicanos enfrentamos una doble alerta epidemiológica por un rápido aumento de casos de sarampión y tos ferina, dos enfermedades prevenibles por vacunación y ausentes en México antes de la 4T.
Como siempre, los más afectados son los más pobres. Los mexicanos ya no obtienen vacunas para sus hijos en salud pública y tienen que recurrir a consultas privadas cuando se enferman. Los grandes beneficiados son los consultorios privados, especialmente los que han implementado las grandes cadenas de farmacias en el país. “Eso lleva a una privatización de la salud”, afirma Mariana Campos, analista de la organización no gubernamental México Evalúa.
El brote de sarampión que afecta hoy a México es producto de la negligencia sanitaria de la pasada administración federal, que revalidó el equipo de la presidenta Sheinbaum. Además, el hecho de que la actual mandataria federal siga implementando el escandaloso recorte de los recursos en salud demuestra que el neoliberalismo sigue más vivo en México.
De tal manera que, si los mexicanos queremos acabar con las enfermedades curables como el sarampión y la tuberculosis, entre otras, en primer lugar debemos quitar a Morena del poder de la nación y, en segundo lugar, cambiar de modelo económico por otro que garantice salud a todos los miembros de esta sociedad, en especial para los que producen directamente con sus manos la riqueza de este país.
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