Hoy más que nunca en México se necesita gente que esté dispuesta a entregar día a día su vida en la construcción de un país más justo, equitativo y solidario.
Hoy más que nunca se necesitan luchadores sociales que no sólo denuncien los abusos del poder, sino que también eduquen y organicen al pueblo para construir una verdadera alternativa política.
Los luchadores sociales se hacen más necesarios que nunca cuando sus gobiernos, aquellos que dirigen los destinos de la nación en que nacieron y viven, se revelan como auténticos déspotas que trabajan y realizan acciones para beneficiar a los poderosos grupos económicos que patrocinaron sus campañas electorales y, por tanto, que los respaldan en todo lo que emprenden, siempre y cuando, claro, que no vayan en contra de los intereses de los multimillonarios del país, como Carlos Slim, amigo personal de Andrés Manuel López Obrador y ahora socio privado de Pemex al desembolsar más de 2 mil mil millones de dólares con el objeto, dice, de “ayudar a la petrolera a salir de la crisis en que está hundida…” (Carlos Slim es el socio más importante de Pemex: ¿Qué yacimientos petroleros ha comprado y en dónde?, publicado en El Financiero, 3 de junio de 2025).
Por supuesto que las ganancias que el señor Slim obtenga de Pemex reventarán sus bolsillos de dinero, así como ya sucedió en su momento con la compra de Telcel.
Por supuesto que la decisión de dejar que un empresario multimillonario metiera las manos en la paraestatal más importante de México, la que por muchos años ha soportado la economía nacional, la que se supone es de todos los mexicanos y en la que, desde la nacionalización en 1938, se suponía que no podrían meter las manos y ni un centavo los inversionistas nacionales y mucho menos los extranjeros, ahora la clase política que gobierna a México, el partido Morena, ya le abrió las puertas de Pemex al multimillonario más poderoso del país, Carlos Slim, quien ya se frotó las manos sólo de pensar en las grandes ganancias que de ahí sacará, al grado que ya declaró que si va a entrar en ese negocio, lo va a hacer bien y tratará de construir algo grande (ídem).
Si Lázaro Cárdenas viviera para ver esto, seguramente volvería a morirse; pero, antes, su espíritu democrático, nacionalista y de lucha se rebelaría en contra de los morenistas engañadores y manipuladores del pueblo mexicano y los combatiría igual que en su momento luchó en contra de los poderosos inversionistas extranjeros que se habían apropiado del petróleo de la nación.
Pero Carlos Slim y su clase burguesa no serán los únicos beneficiados con la decisión morenista de permitir inversión privada en la paraestatal petrolera; los que también se beneficiarán serán los miembros del partido político que actualmente gobierna México con la bandera de “gobernar para el pueblo”. Basta analizar lo dicho por el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, quien fue enfático al asegurar que Morena estará en el poder 40 años más. ¡Líbrenos Dios!
Fernández Noroña está seguro de eso porque las grandes concesiones y facilidades que Morena les está dando a los ricachos para hacer negocios, a los políticos de ese partido les redituará beneficios económicos y políticos, porque la misma burguesía los seguirá apoyando para que ocupen altos puestos de poder político. Además, también juegan a su favor las pensiones y becas del Bienestar con que lo está haciendo Morena, quien se ha vuelto incondicional de los ricachos dueños de los medios de producción y con la descarada manipulación que ese partido hace con la entrega de las pensiones y becas del Bienestar.
Y por si no bastaran los miserables apoyos económicos que le dan a la gente que, por cierto, no salen de los bolsillos de López Obrador ni de Claudia Sheinbaum ni de Noroña ni de ninguno de los políticos morenistas ni del partido Verde, sino que forman parte del dinero que con su trabajo la gente produce día a día y que se aglutinan bajo el concepto de impuestos, el partido Morena y su aliada la burguesía también juegan sus cartas de engaño y manipulación democrática.
El domingo pasado todos fuimos testigos del mayor ridículo electoral de la historia reciente: casillas vacías en las que ni las moscas se pararon, pero eso sí, la presidenta Sheinbaum aseguró que la elección del Poder Judicial había sido todo un éxito. ¿Éxito el que sólo votaran alrededor de 13 millones de personas –en el supuesto de que así hubiera sido– de un total de más de 100 millones de votantes registrados en la lista nominal? ¿Éxito que sólo haya votado el 13 % de la lista nominal? Fue un fracaso absoluto, pero, confiada en que la gente le cree todo, Sheinbaum salió a decir que era un éxito absoluto. Mentiras, mentiras y más mentiras respaldadas por tarjetitas del Bienestar.
Aun más. Ni en el gobierno de López Obrador ni en el de Sheinbaum se ha construido obra pública para beneficio del pueblo. Así tenemos que ahora que tenemos un gobierno que “combate a la corrupción”, que “es honesto”, que “no roba”, no hay clínicas de salud confiables porque no tienen médicos ni medicinas; el país está lleno de baches que ponen en riesgo no solo a los vehículos, sino también a los automovilistas, mototaxistas y bicicleteros y a los peatones mismos; apenas empiezan las épocas de lluvias y ya vimos los estragos que las precipitaciones pluviales están causando, todo porque los gobiernos estatales y el federal no han construido colectores profundos y semiprofundos y, para acabarla, no tienen un plan hídrico que evite las inundaciones y proteja la vida y el patrimonio de los mexicanos.
En estas circunstancias, pues, se hacen más necesarios que nunca los luchadores sociales que no sólo denuncien las acciones que Morena toma en favor de los ricos, sino que también trabajen en contra de ellas y que, lo más importante, eduquen y organicen a los mexicanos no sólo para que se inconformen por ellas, sino para que construyan un verdadero partido político del pueblo, para que tome el poder político e instaure un modelo económico y de gobierno que en verdad defienda y vele por los intereses de los mexicanos desamparados, que son la mayoría de los habitantes de esta nación.
Desde hace 50 años el Movimiento Antorchista Nacional trabaja no sólo para llevar mejores condiciones de vida a la gente de las comunidades organizadas con Antorcha, sino para formar a esos luchadores sociales que trabajen para tomar el poder político y construir un país justo, equitativo y solidario.
Desgraciadamente, grupos de poder respaldados por gobiernos municipales, estatales o federal han emprendido acciones represivas en contra de esos activistas limpios, honestos y solidarios, y a varios de ellos les han cortado la vida.
A ellos, a los que hasta el último minuto de vida la dedicaron a la lucha por mejores condiciones de vida de los mexicanos de diversas zonas, el Movimiento Antorchista Nacional les rinde homenaje cada 6 de junio. Este año no es la excepción. ¡Honor y gloria a los mártires antorchistas! Ofrendaron su vida en aras de la construcción de mejores condiciones de vida para todos los mexicanos y por eso hoy los recordamos.
Mártires antorchistas, el mejor homenaje que podemos darles es seguir luchando, combatiendo y denunciando a quienes engañan y manipulan al pueblo con la bandera de “primero los pobres”.
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