Se puede leer hasta en las redes sociales, que una política de austeridad en los gobiernos, es una política económica que defiende la subida de impuestos y reducción del gasto público o de los presupuestos, también conocidos como recortes. Se dice que tales medidas de austeridad son típicamente tomadas si hay una amenaza de que un gobierno no pueda cumplir con sus obligaciones de deuda.
El pasado domingo 13 de marzo de los corrientes, apareció publicado en todos los diarios de circulación local de Colima, una nota en la que da a conocer el Gobernador, licenciado José Ignacio Peralta Sánchez, el Plan de Austeridad y Eficiencia en el Gasto del Gobierno del Estado; según se dijo, dicho plan, publicado en el Periódico Oficial del Estado de Colima, "contiene las reglas para lograr reorientar la inversión al gasto social y a las actividades sustantivas de la administración" "...incluye una serie de disposiciones para disminuir el gasto en rubros del ejercicio gubernamental que no son considerados indispensables", es decir, incluye recortes.
Pues, no me cabe en la cabeza que haya siquiera un colimense que se oponga al Plan de Austeridad del Gobierno; de hecho, las familias más pobres de todo el estado y seguramente que de todo el país, han sobrevivido precisamente gracias a la austeridad a que se han sometido y, dada su situación, lo han hecho sin siquiera haberlo planeado. Por lo tanto, los antorchistas colimenses celebramos esta nueva acción del Gobierno del licenciado Ignacio Peralta.
Pero (como siempre, nunca falta el pero), hay algunas ideas que me generan inquietud y cuestionamientos y que, tratando de orientar un poco a mis compañeros antorchistas, y a mis posibles lectores, les quiero compartir. Veamos. Si la memoria no me falla, también el gobernador Mario Anguiano Moreno, en su momento, dio a conocer su "política de austeridad", entre otras medidas, ordenó que se dejarán de hacer gastos "obsoletos" y se redujo el salario de algunos funcionarios; ¿Cuál fue el resultado de estas medidas de "austeridad"?, las consecuencias ya las conocemos todos; el anuncio de la "austeridad" fue solo para justificar la negativa de obras, servicios y apoyos al pueblo pobre; ahora sabemos que dicho "plan de austeridad" del gobierno anterior, no fue sino, solo la aplicación de la ley del embudo, la parte ancha, fue para los funcionarios, políticos y gente cercana al círculo de poder, a quienes no se les afectó con los recortes, mientras que la parte angosta del embudo, aquella que de tan delgada parece un cuerno, fue para el pueblo trabajador, quien pagó finalmente las consecuencias de los recortes, como fue el caso de los trabajadores despedidos. La única manera de conjurar este pasado, conforme al Plan de Austeridad que propone el licenciado Peralta, sería que se atendieran y resolvieran cuanto antes, las graves y olvidadas carencias que padecen miles de colimenses; que el Gobernador ordene a sus funcionarios desterrar de su función, la vieja practica de hechar sobre las espaldas del pueblo las consecuencias de las malas administraciones; que las oficinas de las Secretarías, no se conviertan en el changarro del "No hay, no hay", argumentando el mencionado Plan de Austeridad.
Por otro lado, me llama la atención las señales encontradas, que han estado mandando el Gobierno del Estado a todos sus gobernados en los último días; el 29 de febrero salieron a decir que el presupuesto de 13 mil 339 millones 962 mil pesos, que el Congreso del Estado autorizó en el Presupuesto de Egresos para el año 2016, dá mucha certeza a Colima; y por otro lado, esa certeza queda en entredicho (recordar lo que dije al principio de este trabajo) cuando se dice, que para funcionar el Gobierno necesita hacer recortes al gasto mediante un "Plan de Austeridad". Seguramente, conociendo el perfil y la manera de hacer las cosas del licenciado Ignacio Peralta, lo que se quiere decir es que lo que le da certeza al Presupuesto de Egresos autorizado por el Congreso, es precisamente reorientar el uso de recursos al gasto social mediante un Plan de Austeridad, o algo así.
Bueno, pues ojalá que el recorte no nos llegue a los que hemos vivido, de por sí, recortados. Solo recordemos que los maestros de EMSAD y TBC de todo el estado, han trabajado con un recorte del 50% de su salario, y que hacen falta cerca de 8 millones de pesos anuales para resolver su situación; que algunos maestros se les debe más de 362 mil 332 pesos porque han trabajado sin que les paguen; recordemos que hacen falta 169 millones 433 mil 169 pesos para construir 23 bachilleratos; que hay cerca de 2 mil alumnos que trabajan en escuelas prestadas, sin internet, sin laboratorios, sin bibliotecas y sin las condiciones mínimas para hacer deporte y cultura; es necesario saber, que sólo entre los antorchistas, hay más de 2 mil familias que requieren vivienda o que la tienen, pero en condiciones de miseria, todos estos y más, pero muchos colimenses más son a los que debiera beneficiar el Gobierno, pero ahora sí, reorientando el gasto social. Si esto es lo que significa el Plan de Austeridad y Eficiencia en el Gasto; bienvenido sea.
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