El descontento social va en aumento en nuestro país; el hartazgo por la falta de resultados en temas como salud, seguridad, educación, corrupción, economía, relaciones internacionales, entre otros, va sumando cada día más apatía hacia el gobierno, autonombrado “segundo piso de la cuarta transformación”.
Claudia Sheinbaum no logra darle al pueblo que votó por ella los resultados esperados; sigue sin un proyecto de nación claro y se le está cayendo el país a pedazos en todos los rubros.
Prácticamente todos los días hay marchas de diferentes sectores en la Ciudad de México y en distintos estados de la república: médicos, enfermeras y enfermeros, maestros, madres buscadoras, colectivos feministas, estudiantes, comerciantes…
En fin, todos reclaman que ya haya resultados y soluciones a sus diversas demandas, pero el gobierno simplemente hace caso omiso, pues esas no son sus prioridades.
Lastimosamente, el actual gobierno federal que encabeza Claudia Sheinbaum Pardo —que, todos sabemos, fue un deseo del expresidente Andrés Manuel López Obrador— no logra darle al pueblo que votó por ella los resultados esperados; sigue sin un proyecto de nación claro y se le está cayendo el país a pedazos en todos los rubros.
Si hablamos del tema de salud, no estamos como en Dinamarca, aunque el discurso oficial siga manteniendo viva esa mentira. Los hospitales parecen verdaderas cascadas ahora con las lluvias atípicas que se han presentado; los testimonios de médicos, enfermeras y familiares de pacientes son desgarradores, al no tener los medicamentos para dar un buen servicio y cargando el gasto a las familias, ya de por sí empobrecidas. Y cuando a la presidenta se le cuestiona esta terrible situación, dice desconocer el tema, pero que lo va a revisar.
Los mexicanos seguimos pagando las malas —muy malas— decisiones del expresidente, y para que el político tabasqueño no se enoje, ahora le toca a la presidenta continuar con el mismo discurso, aunque todo sea mentira. Por cierto, la megafarmacia tan anunciada sigue sin funcionar.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la inversión en el terreno y las bodegas en Huehuetoca, Estado de México, más el acondicionamiento y lo que el gobierno federal erogará en operación y mantenimiento en tres décadas, pasó de 10 mil 800 millones de pesos a 15 mil 028 millones 465 mil 872 pesos. Un verdadero despilfarro de dinero que al pueblo no le sirve para nada.
Y así como el tema de salud, por donde se le quiera ver el rostro bueno a este gobierno, sencillamente nadie se lo encuentra.
Ahora con las lluvias que se han presentado en casi todo el territorio nacional, sale a la luz la falta de mantenimiento a las redes de drenaje, la falta de desazolve a ríos y canales, lo que ha provocado inundaciones que han dejado a familias sin hogar y daños materiales a gran escala. Y ante esto, ¿dónde está el gobierno?
Y si de seguridad hablamos, también andamos mal, aunque el gobierno minimice la ola de violencia que se vive todos los días.
En días pasados, los habitantes del municipio de Ixtapaluca, en el Estado de México, tuvieron que salir a las calles a pedir un alto a la inseguridad que se vive en esa demarcación, gobernada por Morena. Estados como Sonora, Veracruz, Estado de México, Zacatecas y Guerrero son noticia de inseguridad, y ante eso, la presidenta no dice nada.
Ya pasó el tiempo de gracia para culpar a los expresidentes de los partidos de la oposición. Ya Morena lleva un sexenio gobernando y no ha podido dar los resultados tan prometidos y que los llevó al poder.
El actual gobierno ya no sabe cómo limpiar todo lo malo que hizo la anterior administración: ya desmantelaron la democracia mexicana, ya tienen bajo su mando al Poder Judicial, ya desaparecieron las instituciones que podían desenmascararlos, y, aun así, siguen sin dar un solo resultado.
Mientras el pueblo mexicano exige resultados en los temas ya señalados, la presidenta se dedica, en sus mañaneras del pueblo, a dar explicaciones sobre lo no realizado en la administración anterior, a tratar de limpiar la imagen de sus compañeros de partido que están vinculados con grupos criminales, a negar que hay censura, a seguir promoviendo los corridos del bienestar y ahora hasta se dedica a promover el chocolate del bienestar.
Pareciera un chiste, pero es la pura realidad: mientras México está inundado de problemas, ella, la presidenta, promueve un chocolate… Usted, amigo lector, juzgue qué presidenta tenemos.
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