La Compañía de Teatro del Instituto de Artes Macuil Xóchitl se prepara para llevar la obra al XXIV Encuentro Nacional de Teatro que se realizará en Tecomatlán
“Macario”: es poco probable que no lo conozcas o que nunca hayas oído pronunciar su nombre, pues dentro del cine mexicano es una obra apreciada y querida.
Sin embargo, lo que pocos saben es que esta obra es un cuento escrito por Bruno Traven, un novelista alemán que vivió la mayor parte de su vida en México y cuyas obras contienen una crítica social y ese tono tan característico del folclor de nuestro país.
“Macario” vio la luz en 1950 y diez años después, dirigida por Roberto Gavaldón a partir de un guion escrito por Emilio Carballido, fue llevada al cine; “Macario” es un hombre humilde, como la mayoría de los 34 millones de mexicanos en esa época, cuya única ambición era, por una vez en la vida, llenar la panza. Por ello no es de sorprenderse que mucha gente se sintiera identificada con la historia, pues en ese entonces, como ahora, la pobreza azotaba con mano dura.
Hoy, la Compañía de Teatro del Instituto de Artes Macuil Xóchitl se prepara para el XXIV Encuentro Nacional de Teatro que se realizará en Tecomatlán. Amancio Orta, reconocido director y actor poblano, es quien trabaja con los jóvenes para llevar esta propuesta escénica.

¿Por qué eligió esta obra?
Había varias obras y había que elegir algo que nos representara. Creo que “Macario” es muy importante, porque es la personificación del pueblo sometido. También la muerte interviene mucho, es la fragilidad de la vida humana.
Traven nos muestra un realismo mágico, que es lo que estamos trabajando en esta obra, lo muestra con esta convivencia del pueblo con las autoridades, el autoritarismo que hay con el rico del pueblo y luego con el gobierno, en este caso con el virrey, que someten al pueblo si este no cumple con sus lineamientos, sus deseos y hasta sus caprichos, aprovechándose de él.
El pueblo es bueno, el pueblo simplemente trabaja, se deja llevar y es lo que tenemos que mostrar un poco, esa solidaridad que tiene el pueblo con “Macario”, y “Macario” con el pueblo, a pesar de las circunstancias.

Antorcha y su impulso al arte
A la pregunta de ¿cuál es el mayor reto de adaptar a esta obra y qué la hace única?, el maestro suspira, como quien ve en su mente la historia ya formada de este proyecto y me cuenta que lo más complicado es quitarse la idea ya formada de quienes han visto la película, pues al ser tan conocida predispone al espectador, pero la adaptación cinematográfica es diferente y sostiene “esta es la versión que yo hice a partir del cuento de Traven para este concurso, esto no es una copia de la película, esto es nuestro montaje”, y claro que hay una diferencia completa, durante el ensayo las escenas transcurren con naturalidad, la música te envuelve y hasta su juego de aromas te transporta a esa escena, a ese México de 1950, a este México actual.
Me explica que esta obra fue nominada a un Oscar, con el protagonista y la película; no lo ganaron, pero fue de las primeras películas mexicanas que se tomaron en cuenta por la calidad que tenían. Sin embargo, llevarla al teatro supera por mucho el sentimiento que puede mover en quien, desde las butacas, ve desarrollarse la historia.

¿Cómo se relaciona el trabajo de teatro con el impulso que le da Antorcha a la cultura?
—Bueno, me gusta mucho trabajar con el Movimiento Antorchista porque le da esta calidad, le dan gran importancia a las artes. El teatro es el rey de las artes, porque en él se incluyen todas, y en “Macario” estamos procurando que así sea. Va a haber música, va a haber danza, va a haber teatro, hay artes plásticas en el vestuario, porque no nos conformamos solo con la puesta escénica teatral, sino meterle todo lo que se le pueda meter a la historia para que el público la disfrute y para mostrar de lo que es capaz Antorcha, de presentar con un grupo de estudiantes, y eso es importante resaltar, para este grupo de estudiantes es su primera obra.
“La razón de vida”
Amancio Orta conoce desde muy joven al Movimiento Antorchista, a raíz de su amistad y trabajo con grandes actores y directores formados en sus filas, quienes han llevado las artes a todos los rincones del estado y del país, desde las colonias más escondidas en el estado de México, hasta los amplios campos de la Mixteca poblana.
Acudió a los primeros encuentros de teatro y a las Espartaqueadas cuando recién se colocaban los cimientos del hoy Auditorio “Clara Córdova Morán” en Tecomatlán.
“Yo me presenté con una obra que dirigí que se llamó ‘La razón de vida’ de Víctor Hugo Rascón Banda y tuve la gran suerte en esa ocasión de ganar el concurso”, cuenta emocionado mientras recuerda a Marco Castillo y Víctor Puebla.

También me relata que fue a los encuentros que se realizaron en San Luis Potosí, en el Teatro La Paz, con “Edipo Rey”, “Las Criadas” y “El mercader de Venecia”, obras que para el estado al que representa le valieron el oro y la plata.
¿Qué mensaje le da usted al público para que se animen a ir a esta jornada de teatro?
—Ojalá que puedan, yo sé que no está que la vuelta de la esquina para algunos, para otros sí, pero ojalá que pudieran ir, van a ir a ver, en primer lugar, un gran teatro que se inaugura y que está a nivel de los mejores teatros de México, eso es ya una experiencia increíble porque la entrada es gratuita.
Dense esa oportunidad de adquirir arte, de convivir con la cultura, los va a enriquecer muchísimo, un pueblo que está acostumbrado a tener cultura es un pueblo que no necesita armas, que no necesita estar peleando ni robando ni matando ni delinquiendo, la cultura es muy importante para la vida y creo que el Movimiento Antorchista le ha apostado mucho a este proyecto, a mí por eso me gusta trabajar con el movimiento porque les interesa la cultura, y para mí, alguien a quien le interesa la cultura y promoverla, es alguien con quien yo quiero estar.
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