Las decisiones que ha tomado el partido en el poder desde el 2018 han golpeado duramente la economía de los mexicanos, agravado los problemas sociales y endeudado a la nación de manera inimaginable.
Recordemos que uno de los lemas del político tabasqueño era no endeudar al país y manejo responsable de las finanzas públicas, pero llegó el final del sexenio obradorista y los datos demuestran que no sólo aumentó la deuda, sino que no hubo un manejo responsable de las finanzas del Estado.
Ya pasó un sexenio morenista y los mexicanos no tienen una gasolina en diez pesos como lo prometieron, el Ejército no ha salido de las calles y el sistema de salud no es como el de Dinamarca.
El sexenio pasado cerró con el mayor monto de deuda pública desde que se tiene registro público por parte de Hacienda. En términos monetarios, suma 17.4 billones de pesos, equivalente a 51.4 % de la economía. Esto indica que el tamaño de la deuda que ha adquirido el Gobierno representa un poco más de la mitad del ingreso total que generó la economía durante el año 2024, según datos de la página numerosdeerario.mexicoevalua.
La misma publicación indica que si comparamos frente a la deuda pública que dejó Enrique Peña Nieto, entonces tenemos que la deuda pública se incrementó en 23 % (3.2 billones de pesos) respecto a 2018. El aumento de la deuda se debe a que el Gobierno pidió más préstamos en moneda nacional, elevándola en un 45.5 % (4.1 billones de pesos) frente a lo que dejó Peña en 2018.
En perspectiva, Peña, en su último año de gobierno, requirió de 668 mil millones de pesos (mmdp) para cubrir la brecha entre los ingresos y el gasto público, mientras que AMLO requirió 1.63 billones de pesos; esto es 160 % (1 022 mil millones de pesos) mayor al déficit de Peña.
La conclusión es clara: AMLO sí endeudó al país y debilitó aún más las finanzas del Gobierno, llegando incluso a pedir más dinero prestado en el último año de su sexenio que las cuatro administraciones pasadas. Pero salió ileso: pateó el explosivo de su deuda hacia la nueva administración de Sheinbaum.
Pero, ¿para qué endeudaron más los morenistas al país? La respuesta es muy simple: para financiar las obras insignia del gobierno de AMLO, como el Tren Maya, que originalmente estaba anunciado con un costo de 150 mil millones de pesos y terminó costando 540 mil millones de pesos, además de una devastadora tala de árboles de la selva; la refinería de Dos Bocas “Olmeca” pasó de costar ocho mil millones de dólares a veinte mil millones de dólares; el AIFA pasó de costar, según anunciado por AMLO, 75 mil millones de pesos a 115 mil millones de pesos; el alto costo de cancelar el aeropuerto en Texcoco que le costó a los mexicanos más de 332 mil millones de pesos.
Y no podemos dejar afuera la megafarmacia que no surte recetas ni los programas sociales que le dan al pueblo dinero a cambio de su miseria.
La deuda que contrajo la anterior administración no fue para sacar a los mexicanos de la pobreza, fue para hacer sentir a los nuevos “emperadores” el poder de manejar el erario público. Mintiendo, siempre mintiéndole al pueblo de que todo lo que se hacía era para su beneficio.
Sin embargo, la realidad es muy clara, y quien la sigue padeciendo es el mismo pueblo que le dio la confianza a Morena de dirigir las riendas del país.
Ya pasó un sexenio morenista y los mexicanos no tienen una gasolina en diez pesos como lo prometieron; el Ejército no ha salido de las calles; los delincuentes siguen sin cambiar sus armas por tractores; el sistema de salud no es como el de Dinamarca; las carreteras siguen destruidas; la refinería de Dos Bocas sigue sin refinar; el AIFA sigue sin dar el rendimiento proyectado; el Tren Maya sigue teniendo pérdidas; el Gas Bienestar fue un fracaso; el Insabi, IMSS-Bienestar y la megafarmacia, un total fracaso; Litio Mex, Mexicana de Aviación, también un fracaso; la vacuna Patria nunca llegó; la rifa del avión, un gran fraude.
En fin, todo lo que hizo Morena es un total fracaso y quien va a pagar todo esto es el pueblo, un pueblo empobrecido que lo único que busca es salir de su situación de miseria.
Ahora, con la nueva administración morenista que encabeza Claudia Sheinbaum Pardo, las mentiras continúan. Para el 2025 la deuda sigue creciendo para seguir manteniendo los caprichos de AMLO. Ya estamos con una deuda de 17.9 billones de pesos, dinero que no está destinado a erradicar la pobreza, dinero que está destinado a mantener los negocios morenistas. Esta es una verdadera burla al pueblo.
Los mexicanos siguen padeciendo los estragos de la pobreza, mientras los minirreyes morenistas están disfrutando las mieles del poder.
Esto debe acabar; el pueblo debe entender esta cruel realidad, levantarse y pelear por sus derechos. Ya no hay tiempo; si Morena sigue gobernando nos va a llevar al rancho de López Obrador: a La Chingada.
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