Ya próximo a terminar su periodo de gobierno y Carlos Joaquín González, gobernador del estado de Quintana Roo, no ha resuelto lo que en campaña prometió al pueblo quintanarroense.Ni el partido que representa y menos la gente que lo apoyó con su voto creen en su palabra.Es evidente que tiene que solucionar ese incumplimiento si es que para las próximas elecciones no desea perjudicar a su partido, que como vimos en las últimas elecciones en Hidalgo y Coahuila, fueron los grandes perdedores.Tiene que reivindicarse con los quintanarroenses.
Bien, es cierto que a pesar de que Quintana Roo aporta un aproximado del 2.3 por ciento a la economía nacional; es decir, que genera demasiada riqueza, también es cierto que tiene mucha pobreza, que se ha mantenido e incrementado a pesar de los cambios de gobernantes.Las condiciones de desigualdad social en la entidad no mejoran y con la actual crisis sanitaria y económica sigue empeorando, pues en términos generales un 80 por ciento de los quintanarroenses viven en condiciones de pobreza, carencias que nadie piensa o por lo menos se propone combatir con seriedad.
El "gobierno del cambio" en Quintana Roo se quedó en la intensión, porque cambio no hay.Ha tenido problemas en materia económica, educativa, social, de salud y, sobre todo, en la seguridad, pues en cada uno de estos aspectos el desarrollo ha sido mínimo y en otros decadente.Basta recordar el inicio de gobierno cuando se autorizó el aumento de vehículos y elementos de seguridad para todo el estado, pero todo fue un acto de difusión pues las patrullas y los policías se volvieron fantasmas, nunca se les vio cuando se les necesitaba.
Ello provocó el aumento de la violencia y delitos en el norte del Estado, que creció de manera incontrolable, incluso más con la llegada de las morenistas Mara Lezama y Laura Beristain Navarrete, alcaldes de los municipios más poblados de Quintana Roo.
Otro claro ejemplo de desinterés social se nota claramente en los resientes golpes meteorológicos que han azotado precisamente en el norte del estado y que poco se ha hecho para solucionar los daños con los que salieron afectadas más 40 mil personas de escasos recursos alojados en viviendas de materiales vulnerables a estos fenómenos.
¿Ahí qué se dice? Que la gente unida y solidariamente tiene que salir de este desastre.¿Y las autoridades? ¿Para qué están entonces? No hay trabajo, no hay alimento suficiente, no hay apoyo material para proteger o remendar los hogares afectados, no hay solución a las inmensas necesidades de todas esas personas que ingenuamente a veces aún siguen creyendo en sus gobernantes.
Pues esto se debe actualmente en gran medida al choque de poderes que ha impedido que las cosas mejoren; otro caso que resalta en esta zona desde hace muchos años son las zonas donde viven miles de familias que están en cerca de 130 asentamientos irregulares y que no cuentan con los servicios básicos y que constantemente sufren el temor de ser desalojados, esas son las razones por las que el gobierno Estatal y los municipales deberían estar velando, no por ver quien logrará hacerse del poder en los demás municipios para las próximas elecciones.
Esa es la razón primordial por la que los diferentes niveles de gobierno aluden a que no hay presupuesto para las carencias sociales, están guardando la mayor cantidad de recursos económicos para disputar en el siguiente año una campaña mediática para ver quien abarca más y se hace de mayor poder.
A todo esto, en la entidad hay gente que no se ha quedado callada y que exige de igual manera al Gobierno estatal como a los municipales, dejando en claro que como autoridades su responsabilidad es velar por las necesidades de la gente, por ello todos los antorchistas siempre han levantado la voz por aquellos que no pueden o temen hacerlo y ahora más que nunca la organización de los pobres de México está dispuesta a luchar para que los servicios que tanto requieren los quintanarroenses lleguen como debe de ser, que los planteamientos que desde hace años se vienen gestionando se vuelvan tangibles, que ya no quede en palabras y que los servicios beneficien a la gente humilde que lo requiere.
No es de extrañar que esta lucha la noten mal muchas personas, mucha gente que por tener lo indispensable cree que no tiene que meterse o resaltar los problemas que viven otros, pero el Movimiento Antorchista en Quintana Roo los llama a solidarizarse en estos tiempos de escasez, a unirse para una lucha que enfatice que lo del pueblo es para el pueblo, no se están pidiendo privilegios, tan solo lo que se requiere para que este bello estado del caribe salga adelante con su gente, que las prioridades sean los más desprotegidos de Quintana Roo.
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