MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Demos vida a nuestros héroes caídos al llevarlos en el corazón

image

El domingo 8 de junio, miles de antorchistas de todos los estados de la república se dieron cita en la cuna de nuestra organización, Tecomatlán, Puebla, para conmemorar un aniversario luctuoso más de quienes, hasta sus últimos días, lucharon por una patria mejor y más justa para todos los mexicanos.

La vida de nuestros muertos, si alguna realidad tiene, es la que le damos los vivos, con nuestro cariño, con nuestro respeto, con nuestras visitas periódicas, y al recordarlos, los hacemos vivir en nuestra mente y en nuestro corazón.

Esta conmemoración de nuestros mártires se lleva a cabo desde hace varias décadas en Tecomatlán y, hoy más que nunca, resalta su importancia, a causa de los tiempos tan difíciles que estamos viviendo en nuestro país. Por ello, las palabras y consejos del Maestro Aquiles nos ayudan, en primer lugar, a refrendar nuestro compromiso en la lucha proletaria, a mantener nuestros ideales firmes y enfrentar los retos que la lucha misma nos imponga, con valentía, abnegación, orgullo e inteligencia.

Como todos los años, esta jornada conmemorativa dio inicio con una marcha, donde contingentes de todos los estados de la república realizamos una caminata, a cuya cabeza iba nuestra Dirección Nacional, hacia el panteón de Tecomatlán, lugar donde reposan los restos mortales de varios de nuestros mártires.

A ellos, y a los que descansan en otros lugares del país, no los olvidamos, porque, como mencionó el Maestro Aquiles: “La vida de nuestros muertos, si alguna realidad tiene, es la que le damos los vivos, con nuestro cariño, con nuestro respeto, con nuestras visitas periódicas, y al recordarlos, los hacemos vivir en nuestra mente y en nuestro corazón”. Nuestros muertos jamás estarán solos, porque mientras exista un antorchista sobre la Tierra, honraremos su memoria.

Quiero resaltar por su importancia algunas ideas que expuso el Maestro Aquiles en su discurso, porque creo que nos ayudan a hacernos más claridad del mundo en el que habitamos y de los problemas tan graves que estamos viviendo.

Nuestro fundador y líder nacional, el Maestro Aquiles, manifestó que México se encuentra sumido en medio de pobreza y desigualdad, pobreza que ha generado una serie de males muy graves, como la violencia, la inseguridad, la educación deficiente, la falta de obra pública para el desarrollo de México, y la salud de los mexicanos, que está desatendida, con hospitales públicos que no cuentan con capacidad ni medicinas elementales.

Por eso vemos cómo se presentan brotes de enfermedades que se consideraban ya erradicadas del país: sarampión, tosferina, dengue y el aumento de defunciones de niños con pocos meses de edad. Si las cosas las miramos sólo por encimita, llegamos a la conclusión de que todo esto es responsabilidad de las autoridades que actualmente nos gobiernan, y en parte esto es verdad.

Sin embargo, los antorchistas estamos obligados no sólo a ver las cosas superficialmente, estamos obligados a buscar las causas profundas de los males que sufre el país y el mundo entero. Los problemas sociales residen en que unos pocos acaparan la riqueza producida, justificando su enriquecimiento porque son los dueños de los medios de producción, es decir, de todas las herramientas, máquinas, fábricas, materias primas, etcétera, que se necesitan para producir, mientras que la inmensa mayoría, que constituye la clase trabajadora, sólo posee su fuerza de trabajo, por lo que sólo le corresponde un mísero salario que apenas le permite sobrevivir.

El sistema capitalista en el que vivimos se basa en la apropiación de la riqueza por unos cuantos, riqueza producida en la fábrica y en el campo por la clase trabajadora. Los señores capitalistas, para protegerse, utilizan mecanismos como la manipulación a través de los medios de comunicación, las drogas, el alcohol, entre otros. 

Además de la represión del ejército, la Policía, las leyes, y de igual forma se han hecho del control de la educación y la salud para mantener a la población sometida como fuerza de trabajo. El maestro Aquiles agregó que “la ley no está para hacer justicia… La ley está hecha para meter al bote a los rebeldes, a los que protesten, a los que no se alinean”.

Creer, como se machacó en el sexenio pasado, que las cosas mejorarían al combatir la corrupción u otros males de forma aislada es completamente erróneo, porque estos males son propios del sistema capitalista.

El maestro Aquiles hizo énfasis en que lo que necesitamos cambiar es lo que está en la base de todo: la propiedad privada de los medios de producción y la venta del trabajo humano mediante un salario. Y que la lucha por demandas parciales —una clínica, una escuela, agua potable, vivienda—, aunque necesarias para sobrevivir, no cambian el sistema.

Por eso, señaló, que la única salida es cambiar el modo de producción. “Trabajar todos para el bien de todos”, dijo el revolucionario cubano José Martí. Para lograr esto, se necesita un “partido formado por las masas trabajadoras, no los partidos existentes que sólo buscan puestos y no cambian el fondo del problema. Antorcha entiende la raíz del problema y busca construir esa herramienta política”.

Nadie vendrá a salvarnos, pero sí a ofrecernos remedios mágicos. No caigamos en esas trampas, estemos prestos, unidos y organizados. ¡Sólo el pueblo podrá salvar al pueblo!

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más