Soy integrante de la Compañía Nacional de Teatro “Víctor Puebla”. En lo personal, la gira de la compañía por varios escenarios de Quintana Roo, para mí, ha sido bastante significativa, pues tuve bastantes sentimientos y emociones que no sé cómo expresar de manera escrita.
Haber realizado una gira en el estado del cual soy originaria me generó mucha satisfacción y me motivó a seguir haciendo arte por y para el pueblo.
Hoy en día, el arte revolucionario, el arte que manifiesta, es el arte que el mundo necesita para hacerse más humano, porque el arte no sólo sensibiliza al artista, sino también al espectador.
Cuando dejé mi hogar hace dos años, para integrarme a los Grupos Culturales Nacionales, no llegué a imaginar que algo así podría suceder. Al principio no tenía idea de lo que estaba haciendo; me cuestionaba respecto a si mi decisión fue la correcta, si realmente haber dejado atrás muchas cosas tendría valor a futuro… y ¡sí!, actualmente puedo asegurar firmemente que todo lo que haya sucedido para que me encuentre donde estoy justo ahora ha valido realmente y muchísimo.
Esta gira artística tiene mucho valor para mi vida. Anteriormente había actuado en teatros, pero el sentimiento de llevar arte al pueblo trabajador es realmente satisfactorio. Una anécdota que se quedará grabada en mi corazón es cuando fuimos a Tulum: se acercó a nosotros una pequeña de siete años, aproximadamente, y, para ella, vernos hacer arte fue lo mejor; dijo que algún día ella también quiere cumplir su sueño de bailar.
La gente puede pensar que es absurdo, pero hay que saber que no es sólo cuestión de soñar; es cuestión de mantener la firmeza, la convicción y trabajar para hacerlo posible. Esta gira me abrió aún más la mente y el corazón; me ha servido para darme cuenta de que el arte que nosotros hacemos no es sólo para satisfacer nuestras ganas de hacer arte; es para educar a nuestro pueblo, para sembrar la semilla de valor hacia la cultura, para generar un cambio, para motivar a otros.
Podrán pensar que una minoría no cambiará la sociedad ni el mundo, pero siempre se debe recordar que el cambio comienza desde uno mismo, cambiando nuestro propio mundo.
Hoy en día, el arte revolucionario, el arte que manifiesta, es el arte que el mundo necesita para hacerse más humano, porque el arte no sólo sensibiliza al artista, sino también al espectador.
Gracias, compañeros de Quintana Roo, por esta gira que ustedes hicieron posible; gracias a mis maestros y compañeros de los Grupos Culturales Nacionales que fueron parte de esta aventura, y gracias a la gente que disfrutó del arte que llevamos para ellos.
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