Tecomatlán, Pue. Con una interpretación intensa y profundamente crítica sobre la justicia y las ideas preconcebidas, se presentó “12 Hombres en Pugna” en el segundo día del XXIV Encuentro Nacional de Teatro del Movimiento Antorchista, a cargo de la Compañía Estatal de Teatro “Doctor Juan Manuel Celis Ponce”, de Puebla.

Inspirada en la obra del dramaturgo Reginald Rose, la puesta en escena revela cómo un juicio puede torcerse cuando se deja de pensar y se actúa bajo prejuicios. Doce jurados tienen en sus manos la vida de un joven acusado de matar a su padre; once están listos para enviarlo a la silla eléctrica. Solo uno exige detenerse, reflexionar y no condenar sin pruebas contundentes.

El actor Jassón Celis, intérprete del jurado que cuestiona el veredicto inicial, enfatizó la vigencia de este mensaje: “Esta es una obra de mucha actualidad. No se trata de decir que el muchacho es inocente o culpable, sino de que el juicio se llevó con errores e inexactitudes. No se puede mandar a alguien a la muerte sin estar seguros. El problema es que muchas decisiones se toman desde prejuicios, desde lo que se escucha en la televisión o en redes sociales, y eso se vuelve una ‘verdad’ indiscutible”.

Celis explicó que la obra expone cómo las ideas preconcebidas pueden nublar la razón: “Algunos jurados ceden porque quieren irse a ver un partido; otros porque son racistas y no juzgan con base en pruebas, sino por odio; otro proyecta su propia frustración con su hijo. Al final todos descubren que el juicio estaba construido sobre prejuicios”.

El elenco —integrado por jóvenes trabajadores y estudiantes— mantuvo al público en tensión constante mientras los argumentos se enfrentaban, demostrando que la verdad requiere valentía para defenderla.
“Lo que intentamos rescatar”, añadió el actor, “es invitar al público a la reflexión: hay que tener bases sólidas para hacernos un criterio igualmente sólido sobre la vida y lo que pasa en ella; de lo contrario, los poderosos seguirán dominando a la inmensa mayoría”.

Con dirección de Vania Mejía, música de Dayana Pérez García e iluminación de Daniel Huicochea, la compañía poblana dejó claro que el teatro antorchista es una escuela política para las masas: forma conciencia, cuestiona el mundo y despierta al ciudadano frente a su realidad.
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