Es de todos conocido que el pasado 4 de junio los resultados electorales favorecieron a la profesora Delfina Gómez Álvarez, quien obtuvo tres millones 272 mil 106 votos en contra de Alejandra del Moral Vela que obtuvo 2 millones 755 mil 532, una diferencia de 516 mil 574 votos. Este triunfo hay que razonarlo un poco más. El porcentaje de votación fue del 50.13 por ciento, apenas la mitad del padrón electoral, lo que significa que sólo el 26 por ciento de todos los mexiquenses votó por Morena. Para que fuera verdaderamente representativo el triunfo de Morena, debió obtener seis millones 200 mil votos. Eso no fue así.
Entonces, ganó nuevamente el abstencionismo, pues no votaron seis millones 181 mil 546 mexiquenses. ¿Por qué no votaron? ¿Están desilusionados de la política? La falta de participación del pueblo está basada en muchos factores, pero mencionaré sólo algunos: primero, la falta de politización de nuestro pueblo; segundo, la falta de credibilidad hacia los partidos que han ejercido el poder sobre la concepción patrimonialista, es decir, el poder es de quien gobierna, no del pueblo. Se señalan casos de corrupción en unos y otros partidos, de tal suerte que la gente, decepcionada, decide no participar, pues le va a dar el poder a alguien que le va a engañar, a mentir, a robar y a traicionar, entonces, “qué caso tiene salir”.
Eso se explica también por el nivel de escolaridad de los mexiquenses. De cada 100 personas, según el censo de 2020 del Inegi, 48 por ciento, casi la mitad, tienen la primaria terminada y el grado promedio de escolaridad es de 10.1 años, es decir, poco más de la secundaria concluida. Aunque no es determinante, sí es un factor que influye, pues, como dijo Ignacio Manuel Altamirano, “el pueblo culto será rey; el ignorante, vivirá siempre bajo una vergonzosa tutela”.
Un ejemplo de esa vergonzosa tutela es el caso de Chimalhuacán en el que no hay agua, la gente está sufriendo la falta de atención en materia de salud, hay más inseguridad que antes, a los comerciantes les están cobrando piso y, aún así, los chimalhuacanos deciden apoyar a Morena. ¿Por qué? Porque no ven la navaja que viene en el pan y la falta de politización lleva a los ciudadanos a ver el muy corto plazo: “voto por quien me dé dinero, un programa social o algo”. Hay que seguir trabajando para educar y organizar al pueblo. Estos resultados nos demuestran la necesidad de apretar el paso para concientizar a la masa que no se percata que votar por Morena es votar en contra suya.
En Chile la participación electoral es obligatoria, en México, no. La participación es voluntaria, pero el porcentaje de participación se ha visto mermado gravemente: en 2017 participó el 52.49 por ciento; en 2021 subió al 54.16 por ciento; sin embargo, ahora el porcentaje cerró en 50.13 por ciento, con la diferencia de que la lista nominal en el 2017 era de 11 millones 313 mil 282 electores; de 11 millones 663 mil 176 millones en el 2021 y dos años después, de 12 millones 395 mil 763 (basado en las actas contabilizadas). Por ende, hoy menos mexiquenses quieren saber de la política y ahí está el problema, pues un pueblo despolitizado es, como dijo Altamirano, guiado por una vergonzosa tutela.
¿Los programas sociales de AMLO, con dinero público, influyeron en el resultado del proceso electoral del Edomex? Todo indica que sí. El Inegi, en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2023 Trimestre I, el 36 por ciento de los hogares reciben un programa social de este gobierno, es decir, 1.6 millones de hogares en el Estado de México reciben al menos un programa y por tanto, alguna influencia electoral de Morena (pues también se dijo que había amenazas de que les quitarían el programa si no votaban por Morena; o, para que continuaran los programas, debían votar por Morena). En otras palabras, el poder federal influyó determinantemente en el resultado.
Otro fenómeno que fue denunciado por el PRI del Estado de México, fue el llamado turismo electoral a través del que la gente de otros estados se inscribe temporalmente en el Estado de México, vota y luego cambia su credencial a su domicilio real. Es un delito, pero ya veremos si se aplica la ley en tiempos en los que “no me vengan con que la ley es la ley”. 400 mil credenciales llegaron en poco tiempo y en zonas específicas para obtener votos.
Es necesario también señalar que esta elección no estuvo exenta de acciones que, como dije en una entrevista, la ensuciaron. Fue detenido un alcalde michoacano haciendo labor del lado mexiquense; un exalcalde morenista de Cuautitlán Izcalli haciendo labor presuntamente ilegal, compra de votos que dicen que ya no sucedía en los tiempos de la 4T. Esos fueron los casos visibles, pero ello nos invita a sospechar una serie de casos invisibles que sí sucedieron, pero que pasaron desapercibidos. Esto revela que Morena no se escapa de las suciedades que otro tiempo criticaron.
Sea como sea, el resultado está dictado por el órgano electoral y debemos respetarlo, por lo cual, en próximas fechas, Delfina Gómez protestará cumplir y hacer cumplir la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y la del Estado de México, por lo cual deberá respetar el derecho de petición, de organización y de manifestación pública de las ideas que protegen la existencia y la labor del Movimiento Antorchista.
De antemano señalamos que los antorchistas no haremos conflictos artificiales para ponerle piedritas en el camino a la nueva gobernadora; aunque no hayamos votado por ella, no dejamos de ser ciudadanos mexiquenses y, por tanto, tenemos derechos que deben ser respetados y necesidades que deben ser atendidas, pues Antorcha trabaja con los sectores más desfavorecidos y abandonados del Estado de México, por lo que creemos que las demandas que le plantearemos deben ser atendidas. Aclaramos de antemano: no queremos nada para los líderes, no queremos moches, no; queremos que se resuelvan los problemas de la gente más humilde del estado y esa será siempre nuestra bandera, esté el gobierno del color que sea.
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