El desprecio por la ciencia y la educación manifiestos por López Obrador y su partido Morena en estos dos años de gobierno ya no pueden ser interpretados como un descuido o equivocación que serán corregidos más adelante.No.Tanto porque AMLO no escucha a los pocos de su séquito que se atreven a advertirle sus desaciertos, como porque nunca aceptará haberse equivocado, a él solo lo guía su infalible luz interior.
No le preocupa, menos le duele, la desastrosa situación de la educación nacional, como lo prueba que no se proponga en serio controlar la pandemia del coronavirus para que niños y jóvenes puedan reanudar sus labores académicas normales.Y bien lo podría hacer, la demostración está en muchos otros países que lo han logrado.¿Cómo? Realizando una cantidad considerable de pruebas, aislando inmediatamente a los que dan positivo, organizando miles de equipos de rastreadores de los contagios y atendiendo oportuna y eficientemente a los que son alcanzados por la desgracia.Claro, debía empezar con una enérgica campaña de prevención a lo largo y ancho del país, dando el buen ejemplo con el uso de la mascarilla, apoyando a los hambrientos que han hecho caso de enclaustrarse.Pero no da el buen ejemplo (a ver si no le pasa lo que a Trump), es el primero en desobedecer lo que dicen los expertos.Entendámoslo de una vez, no es "su" prioridad salvar las vidas de los mexicanos más pobres, porque es en ellos donde el virus hace sus mayores estragos.La clase alta tiene forma de confinarse, de prevenir y de curarse.
Es parte de la convicción más íntima de López Obrador que los expertos no son necesarios en la medicina, por ello no hace caso de tanta eminencia internacional que recomienda el cubrebocas; tampoco se necesitan en economía, de ahí que cualquier villamelón como él puede aportar su "Economía Moral" y ya todos estamos viendo el desastre a que nos está conduciendo en el terreno de la inversión y la producción.Mucho menos se necesitan especialistas para las distintas áreas de la administración pública; para el presidente cuenta más la lealtad que la preparación científica y técnica, eso lo hemos escuchado cientos de veces.
Sobran las muestras del menosprecio del presidente por los científicos y sus actividades de investigación tendientes a descubrir nuevas verdades.Por razones de espacio sólo mencionaré la propuesta de los diputados de Morena para dañar la investigación científica, la tan traída y llevada extinción de los fideicomisos que se está discutiendo en el Congreso, porque el presidente anda buscando dinero hasta debajo de las piedras.
Pablo Mijangos y González, director de la División de Historia del CIDE, escribió hace unos días en Letras Libres lo siguiente: "El pasado viernes 25 de septiembre se hizo público el proyecto de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados para extinguir 44 fideicomisos públicos, entre ellos los "Fondos de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico" que actualmente son gestionados por 26 centros públicos de investigación.De acuerdo con el proyecto, esta medida busca desaparecer "gastos innecesarios, eliminar la opacidad en su administración y generar ahorros para que el país asigne eficazmente recursos públicos a las acciones y programas prioritarios del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024" Y a renglón seguido lanza la interrogante "¿Los fideicomisos de ciencia y tecnología son "innecesarios"?
Más adelante señala que la extinción de los fideicomisos "pondría en riesgo la continuidad de la operación de los 26 centros públicos de investigación.Además, afectaría a otras entidades del sector público como el IPN, la UNP, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuniarias (INIFAP), entre otros" (pp.23-24).Mijangos y González concluye aseverando: "…el desarrollo de nuestro país exige un sistema robusto de ciencia y tecnología.Es un requisito sine qua non para la transformación positiva del país.En esa medida, resulta preocupante la ligereza con que se pretende destruir uno de los principales mecanismos de financiamiento de la investigación científica en México."
Sí, destruir uno de los pilares del financiamiento de la investigación científica en México.Nada más, y nada menos.Salta la pregunta obligada ¿Por qué lo hace López Obrador? ¿Por qué no tiene el mínimo respeto al tesonero trabajo de investigación de cientos de mexicanos que han dedicado lustros de su vida buscando resolver graves problemas nacionales, en distintas áreas del saber? ¿Por el simple afán de juntar dinero para comprar conciencias rumbo a las elecciones del 2021? Aunque está presente este ingrediente, no es el esencial, desde mi modesto punto de vista.La raíz la encuentro en el profundo sentimiento religioso del presidente que, necesariamente, le impide valorar equilibradamente la trascendencia de la investigación científica.
No es casual su apego a los chamanes y los detentes, a las "limpias", ni su cruzada descalificadora de la inteligencia, ni el asedio a la libertad de expresión.Todas las piezas del rompecabezas van cayendo en su lugar.No se necesitan los expertos, no se requiere aprender del extranjero, porque él vive con los ojos en el pasado, nos quiere retrotraer al oscurantismo de la época colonial.
La 4T quiere implantar una dictadura oscurantista, por eso no le importa la educación ni el desarrollo de la ciencia.Todos los mexicanos pensantes, todos los que queremos construir un México próspero y pujante donde todos sus hijos tengan empleo y bienestar, debemos unirnos fuertemente para detener la amenaza que se cierne sobre nuestras cabezas.Unámonos para sacar a Morena del Congreso de la Unión en el 2021.México lo necesita.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario