Sierra Otomí Tepehúa, Hidalgo. Habitantes de la Sierra Otomí Tepehúa denuncian las pésimas condiciones del camino de Huehuetla a San Andrés y el de San Andrés a San Esteban, necesarios para conectar las comunidades mencionadas con la cabecera municipal, y son el paso necesario para San Lorenzo y otras locaciones. Entre Huehuetla y San Bartolo Tutotepec, una red de vías de comunicación en estado crítico conecta poblaciones que llevan años esperando una solución real a su aislamiento. Estos caminos, vitales para el acceso a servicios básicos, se han convertido en un riesgo para sus habitantes. El abandono gubernamental, sumado a las complejas condiciones geográficas de la región, ha creado una situación donde los deslaves, derrumbes y accidentes son la norma más que la excepción.
La Sierra Otomí Tepehúa hidalguense se caracteriza por su topografía accidentada, donde la neblina se entrelaza con los cerros, comunidades enteras luchan diariamente contra el abandono crónico de sus caminos, con pendientes pronunciadas y suelos susceptibles a la erosión. Estas características naturales, lejos de ser consideradas en la planeación de infraestructura, han sido ignoradas repetidamente por las autoridades responsables de mantener los caminos. Los residentes relatan cómo “los deslaves de piedra, lodo y agua” son frecuentes especialmente durante la temporada de lluvias, bloqueando por completo el paso y aislando a comunidades enteras durante días o incluso semanas.
El estado de los caminos ha provocado numerosos accidentes. El pasado 27 de agosto, un hombre de edad avanzada se cayó por un barranco y tuvo que ser trasladado por sus vecinos en una cobija, al no contar la localidad con una ambulancia y dado que los vehículos no podían acceder al lugar del accidente. Este incidente ilustra crudamente la vulnerabilidad de los habitantes, quienes ante emergencias médicas deben depender de esfuerzos comunitarios improvisados y no de servicios de emergencia adecuados.
Para los habitantes de estas comunidades, recorrer estos caminos no es una opción sino una necesidad. Diariamente, estudiantes, trabajadores, campesinos y comerciantes deben arriesgarse para transportarse hacia sus destinos. Los adultos mayores y transeúntes son particularmente vulnerables. Doña María, de San Lorenzo, comparte su experiencia: "Ya casi no salgo de mi comunidad porque el camino está muy peligroso. Las piedras caen seguido y cuando llueve se vuelve un lodazal. La última vez que fui a Huehuetla, casi me caigo varias veces".
“Las "obras gubernamentales" realizadas hasta son solo parches temporales que no contemplan las condiciones reales del terreno. Ya le habíamos dicho al gobierno del estado que era mejor un puente pero que dijeron no... quedó como un tipo de valla perimetral que cubre la carretera, pero ahí están los resultados, más y más deslaves que bloquean el camino una y otra vez”, señala Armando Cabrera, líder comunitario de la región.
Aunque las autoridades reconocen el problema, las acciones emprendidas han sido claramente insuficientes, se quedan cortas. “Los habitantes han elevado constantemente sus preocupaciones a las autoridades, pero sus voces rara vez son escuchadas; las promesas de campaña se desvanecen tras las elecciones, y los proyectos de infraestructura anunciados con bombo y platillo resultan ser insuficientes o mal planificados. La rehabilitación de caminos es fundamental para asegurar rutas seguras y en óptimas condiciones para todos. Sin embargo, esto requiere una inversión sostenida y planificada, no intervenciones aisladas. Mientras las autoridades sigan postergando una solución definitiva, los habitantes de Huehuetla y San Bartolo Tutotepec seguirán viviendo con miedo cada vez que la lluvia cae sobre sus cerros, preguntándose si esta vez el camino les permitirá volver a casa”, denuncia el Ing. Estanislao López López, dirigente antorchista en Huehuetla.
La situación de Huehuetla y San Bartolo Tutotepec no es aislada. En México, el abandono de la infraestructura vial en zonas rurales es un problema sistémico. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aproximadamente el 40% de los caminos rurales en México se encuentran en estado regular, malo o pésimo. Esta cifra es aún más grave en regiones montañosas como la Sierra Otomí Tepehúa, donde la topografía incrementa los riesgos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario